No la podía ni ver, y por eso en cuanto pudo tiró las cenizas de su mujer de 64 años por el inodoro, aunque eligió para ello un supermercado. Ni pudo esperar a llegar a su casa.
Se trata de un japonés que acaba de entregarse a la Policía, tras enterarse de que se estaba investigando la aparición de restos de huesos, así como de un mentón, dentro de un inodoro de un supermercado de Tokio.
ESTABA MUY RESENTIDO EL HOMBRE
Según da cuenta ‘Daily Mail‘, el marido señaló que a lo largo de los años, la relación se deterioró a extremos inusitados:
«Mi odio hacia ella era cada vez mayor (…) la vida era muy difícil antes de su fallecimiento».
La fiscalía japonesa acusa al hombre por abandono de restos mortales, debido a que las cenizas humanas sólo pueden ser dispersadas en lugares autorizados.