Oficialmente, Estela Meléndez tiene 92 años. Extraoficialmente -ya que fue inscrita a los 17-, está por cumplir 110. Y por más de 60 ha cargado un extraño bulto en su vientre.
Uno por el que que, alega, nadie le hizo caso. Pero esta semana el temor que la acompañó por años fue confirmado: los doctores no realizaron bien un raspaje de un bebé que perdió hace más de 60 años y el feto se quedó con ella, para siempre.
Estela, una humilde dueña de casa de un pueblo en la costa central de Chile, no sabía que el bulto en su vientre era un bebé.
Ella sólo supo que se sintió mal
«La llevaron al hospital Claudio Vicuña, le dijeron que tenía cáncer y la operaron de cáncer. Y nunca le dijeron que lo que tenía era una guagua (bebé). Y ahí se quedó con eso adentro»,
le cuenta a BBC Mundo Luis, su hermano menor.
Luis tiene 62 años y asegura que desde que tiene uso de razón, Estela tenía la protuberancia en su abdomen.
La protuberancia siguió allí por años de años.
Hasta que el martes pasado, gracias a un golpe en su codo, Estela fue finalmente diagnosticada con un feto momificado en su vientre.
En otras palabras, un feto muerto que se quedó cada vez con menos sangre y sus tejidos comenzaron a disecarse.
Dolor de codo
A pesar de su avanzada edad, y de la verdadera pelota que cargaba en su abdomen, Estela vivía en su casa, lúcida y activa.
Sin embargo, por sus problemas de presión la anciana sufrió una caída, se golpeó el codo y la llevaron al servicio de Urgencias del hospital regional, a unos 80 kilómetros del pueblo donde vive.
La doctora que la atendió, en el mismo hospital donde Estela dice haber sido operada de cáncer varias décadas atrás, se topó con una sopresa.
«Le destapó la guatita (vientre) y se la vio. La doctora quedó sorprendida. ‘Esta señora está embarazada’, dijo. ‘Llévamela al tiro (de inmediato) a que le saquen otra radiografía'»,
cuenta Luis, quien la acompañó en el viaje.
«Cuando un adulto mayor sufre una caída se toma una radiografía de cadera, para descartar fractura de pelvis. Al hacerla apareció una imagen que es propia de la columna vertebral de un feto»,
le explica a BBC Mundo Dagoberto Duarte, director del Servicio de Salud Valparaíso-San Antonio.
Sin embargo, ante el descubrimiento, Luis asegura que en el hospital se negaron a entregarle copia de la radiografía o el scanner.
«Me dijeron que era algo así como privado», asegura en conversación con BBC Mundo.
Antecedentes contradictorios
El caso de Estela Meléndez, dado a conocer inicialmente por el periódico El Líder de San Antonio, ha sido un «hallazgo» para las autoridades de salud chilenas.
«No habían antecedentes previos de su historia conocida de algo como esto»,
asegura Duarte.
La autoridad médica asegura que no tiene antecedentes de que la paciente haya sido operada de cáncer ni que existan exámenes anteriores con el diagnóstico.
«Es una paciente asintomática», explica.
Sin embargo, los Meléndez aseguran que el «cáncer» que tuvo Estela hace más de 60 años era en realidad este embarazo. Y que en la década de 1980 se le realizaron radiografías en el consultorio local donde se vio lo que tenía.
«Los del consultorio de Navidad sabían. Sí sabían, pero no quisieron hacer nada»,
denuncia Luis.
Según los datos que maneja Duarte, el feto tenía unas 30 semanas de gestación y pesaba alrededor de dos kilos. Era un embarazo abdominal, con el embrión implantado fuera del útero.
«Ella ha vivido siempre con problemas por este tema. Tiene una pierna más corta por el peso y no puede orinar bien. Antes incluso tenía que orinar acostada»,
le dice Luis Meléndez a BBC Mundo.
Sin embargo, dada su avanzada edad, una cirugía ahora podría ser más contraproducente que efectiva, por lo arraigado del feto momificado en el organismo de la anciana.
El Servicio de Salud está evaluando los próximos pasos a seguir, aunque por ahora no han formado una comisión médica.
«Lo más importante acá es la persona, que es el centro de todo esto. Todas las resoluciones tienen que tomarse pensando en lo mejor para ella»,
aseguran las autoridades médicas de la región.
Luis está de acuerdo: lo importante hoy es Estela.
Sin embargo asegura que los únicos que se le han acercado son los funcionarios del mismo consultorio de toda la vida, donde según Luis siempre supieron del mal de Estela.
Ninguna autoridad regional ni nacional se ha contactado con ellos.