Mandy Smith cuenta con pelos y señales los desmadres en la compañía

Los secretos de una cachonda ‘azafata Virgin’: ‘turbulencias’ sexuales y orgías con las estrellas

"Mi maleta estaba más preparada para una reunión de tupper-sex que para viajar"

Los secretos de una cachonda 'azafata Virgin': 'turbulencias' sexuales y orgías con las estrellas
Mandy Smith PD

«Señores pasajeros, vamos a atravesar una zona de turbulencias. Por favor, abróchense los cinturones mientras repasamos la vida de la ex azafata Mandy Smith».

La ex conejita Playboy Holly Madison no es la única que ha decidido revolucionar el mundo con su autobiografía.

Aunque sea menos conocida, salvo por todos aquellos a los que atendió amablemente a bordo de un avión de Virgin Atlantic, la auxiliar de vuelo Mandy Smith tampoco se ha cortado un pelo a la hora de revelar cómo es la vida con el uniforme rojo y el pañuelo lila de la compañía.

«Cabin Fever: The sizzling secrets of a Virgin air hostess» es el título del libro en el que Smith repasa todas las anécdotas que vivió durante las casi dos décadas que trabajó como sobrecargo para la aerolínea.

«Con frecuencia, me tocaban el culo cuando pasaba a cerrar los compartimentos de las maletas»,

rememora. A sus 40 años, disfruta de la maternidad con una niña de cuatro años y de la estabilidad de su matrimonio. Pero no siempre fue así.

«Mi maleta estaba más preparada para una reunión de tupper-sex que para viajar»,

confiesa.

Sin pudor, Smith admite que tenía un hombre esperándola en cada puerto. O, mejor dicho, en cada aeropuerto. «Me gustaba pasarlo bien». Ella misma asegura que «no me faltaba compañía entre el Caribe y Sudáfrica».

Narra las noches más pasionales en Barbados -«casi rompemos el jacuzzi entre mis compañeras y los jugadores de un equipo de rugby»- o en Johannesburgo -«las fiestas en el hotel Intercontinental eran geniales.

Todas las noches me hacían alguna proposición indecente»-, aunque su favorita fue la que pasó en la mansión de Richard Branson, dueño de la compañía. «Nunca he visto tanto champán junto. En mi vida. Richard se apañó para empaparnos a todos al abrir las botellas», cuenta, «me mantuve en pie 24 horas gracias al vodka y el Red Bull».

El club de las alturas

Sin duda, mantener relaciones sexuales en un avión es uno de los sueños eróticos más comunes. Y como azafata, Smith tuvo que bregar con muchos pasajeros dispuestos a entrar en el conocido como «club de las alturas» o «mile-high club».

«Según las reglas, cuando vemos a una pareja dándose cariño y amor más allá de los límites, tenemos que pararlos. Normalmente utilizan los baños, y es tan simple como llamar a la puerta y pedirles, respetuosamente, que salgan»,

explica.

Sin embargo, hay quienes no se lo pusieron nada fácil.

«Un hombre de negocios que viajaba en business se llevó a una chica joven al bar. Se tomarno unas copas y empezaron a intimar. Cinco minutos después, apareció su esposa. Estaba sentada en clase turista y casi mata al marido»,

relata.

Entre los momentos más increíbles que recuerda está ver a «parejas contorsionándose de forma imposible en el asiento» o un hombre que «decidió pasearse desnudo por el pasillo del avión, de la cabina hasta la cola».

Pasajeros famosos

De todas las familias que componen Virgin Group, Virgin Atlantic está considerada como la aerolínea más lujosa.

Por eso no es de extrañar que Smith se topara, entre otros, al empresario y pre candidato republicanoDonald Trum, los actores David Hasselhoff o Patrick Swayze o incluso a la mujer de Kurt Cobain, Courtney Love.

Entre sus recuerdos guarda un viaje de vuelta de Los Angeles en el que coincidió con la familia Osbourne y Robbie Williams.

«Era muy amigable, pero cuando la gente empezó a pedirle autógrafos se volvió un narcisista», lamenta,

«me pidió un pijama para dormir y no fue capaz de quitarse los vaqueros solo».

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