Su hijo cuenta los detalles de los últimos años de vida del jefe del cártel de Medellín

La madrugada en que Pablo Escobar quemó 2 millones de dólares para que su familia no pasase frío

Su esposa e hijos se tenían que vendar los ojos cada 48 horas, para los traslados a 15 escondites distintos por Medellín

La madrugada en que Pablo Escobar quemó 2 millones de dólares para que su familia no pasase frío
Pablo Escobar junto a su esposa María Victoria Henao y sus dos hijos, Juan Pablo y Manuela PD

El hijo del tristemente célebre capo narco Pablo Escobar contó que una vez su padre incendió u$s2 millones en billetes sólo para mantener caliente a la familia.

En una entrevista de 2009 con la revista colombiana Don Juan, el empresario Sebastián Marroquín, cuyo verdadero nombre es Juan Pablo Escobar, dio detalles de los últimos años de vida del jefe del cártel de Medellín y sus maniobras para escapar de la Justicia.

Según se hace eco ‘Infobae’, Explicó que en una oportunidad la familia estaba viviendo escondida en una casaquinta en una de las montañas que rodean Medellín y la zona terminó acordonada por la Policía.

«No tenían provisiones y el frío les estaba haciendo mella. Pasaron los días y el cordón de seguridad de las autoridades continuaba. En una madrugada, la hipotermia comenzó a hacer estragos en Manuela (la hija menor del capo). En la casa lo único que había eran dos costales con dos millones de dólares y Escobar decidió hacer una hoguera con ellos para evitar que se congelara»,

relató el periodista de Don Juan que habló con Marroquín.

Siendo hijo del «rey de la cocaína», Marroquín, que ahora tiene 38 años, creció en medio del lujo y la violencia del narcotráfico. Su padre suministraba el 80% de la cocaína del mundo y cada semana recolectaba un monto estimado de u$s420 millones.

PARANOICO

De acuerdo con el reportaje de 2009, la paranoia de Pablo Escobar llegaba al punto de que hasta su esposa e hijos tuvieran que vendarse los ojos cada 48 horas para los traslados a 15 escondites distintos por Medellín porque él no quería que supieran dónde estaban.

Una vez que la familia llegaba a la casa designada, se les ordenaba inspeccionar el sitio en detalle para ver si reconocían la zona. Si la identificaban, se los trasladaba de inmediato y el sitio era descartado como futuro escondite.

Todo esto era para que, en el caso de que los familiares de Escobar fueran capturados y torturados, no fueran capaces de revelar información sobre la ubicación de los refugios.

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