Trabajaba desde hace lustros en la Rooll Pork Company, una compañía dedicada al proceso de carne de cerdo que está ubicada en Nueva Jersey, EEUU, y hasta ahora no había tenido problema alguno.
Sin embargo, al bueno de Rich Clem le habían practicado recientemente un bypass gástrico que le había dejado hecho unos zorros: se tiraba pedos a diestro y siniestro sin poder evitarlo, y sus compañeros de faena estaban hasta las mismísimas narices.
A LA CALLE
Según da cuenta ‘Metro‘, tanto es así que las quejas llegaron a oídos de los jefes, quienes decidieron -con su buen olfato- ponerlo en la calle con viento fresco.
La esposa del mentado, una tal Louan, quien da la casualidad que trabaja en el mismo lugar, montó en cólera y ha denunciado a los empresarios, acusándoles de acoso laboral.
Alega que su querido marido es un gordito sin mala intención, y que no hay derecho a lo que le han hecho.
Los jefes dicen ahora que la pareja está chiflada y que se lo ha inventado todo, tal y como recoge ‘MyCentralJersey‘.