Entró en el lavabo de un bar de la franquicia Subway, en Anchorange, Alaska, y estuvo dos horas fumando marihuana sintética. Luego salió desnuda hecha una fiera, poniendo en estampida al aterrorizado personal y clientes, a quienes empezó a lanzar sillas y mesas en un extraño frenesí.
Nikki Abrell, 35 años, hizo explotar un extintor y destrozó el local a gusto, mientras un testigo la filmaba durante unos segundos antes de recibir un golpe en la cabeza con un perchero. Asegura que la fémina defecó y esparció sus heces por las paredes.
Mesas, sillas, cuadros decorativos, panes e ingredientes, nada dentro del lugar se salvó del ataque de la mujer que, finalmente, pudo ser detenida por la Poicia con los cargos de conducta criminal en tercer grado.
Varios agentes recibieron de tortas antes de poder contener su furia.