Lo sacó de la cama a medianoche con ayuda de dos compinches, y se lo llevó a rastras hasta su fábrica. Allí le colgó cabeza abajo y le dio de palos hasta matarlo. Al día siguiente descubrió el cadáver la mujer del infortunado, cerca del lugar de los hechos.
El autor del asesinato fue un empresario indio de 40 años que acaba de ser detenido en Punyab, India, y afirma que actuó de tal guisa porque su empleado, un inmigrante, le había robado.
En las imágenes puede verse cómo empize a pegarle con un palo, mientras la víctima implora en vano misericordia y chilla de dolor.
Los testigos se ríen al ver cómo da vueltas en la cuerda, colgando cabeza abajo.