Se llama Lorenzo, tiene 17 meses y vive en Mostardas, Río Grande. Su madre lo encontró este domingo 1 de noviembre de 2015 con sangre en la boca y las manos, mientras sujetaba a la serpiente.
Ocurrió mientras el niño jugaba en el patio de su casa, en el sur de Brasil. Es una región urbana en la que, según los familiares del menor, no es común ver serpientes.
Lorencito fue inmediatamente conducido a un hospital de Mostardas ante el temor de que hubiese sido mordido, pero los médicos no encontraron ninguna herida ni síntomas de envenenamiento y dijeron que el menor estaba en perfectas condiciones.
Los médicos del hospital Sao Luiz fotografiaron la serpiente, al parecer una cría de alguna especie del género yarará o yararaca (Bothrops), con la intención de que algún centro de investigaciones pueda identificarla a partir de la imagen.
En declaraciones a radio Gaúcha, la madre del niño, Jaine Ferreira, aseguró que le extrañó el largo silencio de su hijo y fue a ver qué hacía en el patio cuando lo encontró con la cobra en la boca y el animal aún debatiéndose para intentar soltarse.
La madre agregó que el menor tenía sangre en la boca y en las manos y que, como si se tratase de uno de sus juguetes, no quería soltar al ofidio, por lo que tuvo que pedir ayuda a su marido para obligarlo a abrir la boca.
Según Ferreira, el mordisco fue muy próximo a la cabeza del animal, lo que impidió que la serpiente lo atacara.