Dos recolectores de setas italianos creen haber puesto fin a la misteriosa desaparición de un médico sevillano hace 17 años en Cazalla de la Sierra. Un hombre que vivía como un ermitaño en un bosque de Scarlino, una pequeña localidad de la Toscana, les confesó que era el español Carlos Sánchez Ortiz de Salazar. De ser él, tiene 46 años, de edad y desapareció el 13 de abril de 1996. Oficialmente fue dado por muerto en España en 2010.
Los buscadores de setas vieron algunos de sus documentos, entre ellos un carné de la biblioteca y otro de la Facultad de Medicina de Sevilla a nombre de Carlos Sánchez Ortiz de Salazar y los fotografiaron. El hombre, según los testigos, manifestó su intención de volver a desaparecer:
«Soy español, me llamo Carlos y vivo aquí desde hace veinte años. Me habéis reconocido y debo escapar».
Ante la posibilidad de que se trate de Carlos Sánchez, su madre y su padre han viajado a Italia, según informó Antonio La Scala, director de la asociación italiana Penélope, que da apoyo a las familias de desaparecidos y que ha seguido este caso.
Precisamente fue a través de internet y de las redes sociales como lograron dar con SOS desaparecidos y con la familia de Carlos Sánchez, nacido en Bilbao pero vecino de la localidad sevillana cuando se perdió su rastro. Tenía 28 años, era médico psiquiatra y al parecer sufría una depresión.
La Scala explica que será una tarea difícil dar con él, ya que ha vuelto a desaparecer y desde hace 15 días no se tienen noticias sobre su paradero. El presidente de la asociación Penélope recibió a los progenitores del desaparecido en el aeropuerto de Fiumicino de Roma y los trasladó a Scarlino, donde ayer visitaron el bosque en el que hace cerca un mes fue localizada la persona que se identificó como su hijo.
El matrimonio , al que acompaña una hija, pudo ver la especie de refugio que se había construido y donde vivía desde hace casi veinte años Carlos, según les comentó a los dos recolectores de setas que estuvieron con él. Sus padres, al ver el refugio «se emocionaron mucho», explicó Scala.
Los progenitores han asegurado
«es nuestro Carlos, está vivo y eso es lo que importa. Nosotros respetaremos su voluntad y su libertad, aunque esperaremos a que vuelva para poder abrazarlo aunque solo sea un momento».
El matrimonio regresarán a España en los próximos días si no lo encuentran y los vecinos les han asegurado que hablarán con él y le contarán la situación en cuanto vuelvan a verlo.
El alcalde de la localidad italiana, enterado de que la familia de Carlos viajaba a Italia para reencontrarse con él, envió hace unos días a dos policías al lugar donde residía, pero ya se había marchado.
El desconocido que dice ser Carlos Sánchez vivió en los últimos años como un ermitaño en el bosque de la Maremma, que se asoma al mar entre cala Violina y Scarlino, donde se había construido un refugio con una tienda de campaña. Vecinos de la zona y guardias forestales explicaron que llevaba varios años merodeando por la zona, que era una persona tranquila si bien no quería hablar no se relacionaba con nadie .