En una entrevista que el intérprete le ha concedido a la revista ‘Wired‘, ha hablado sobre el duro rodaje de su última película, El Renacido, en la que interpreta a un trampero que tiene que apañarselas para sobrevivir en las gélidas Montañas Rocosas después de que un compañero le traicione y le abandone a su suerte. Sin embargo, el argumento de la película no suena tan peliagudo como el relato del actor de Titanic sobre las tres veces que estuvo a punto de morir.
La primera de ellas fue mientras buceaba para observar tiburones. Aunque lo hizo cumpliendo todas las medidas de seguridad, cuando tiraron un atún cerca del actor, un tiburón apareció, se comió al pequeño pez y metió practicamente la mitad de su cuerpo dentro de la jaula de seguridad donde se hallaba Leonardo DiCaprio, todo porque la puerta había sido mal cerrada. Según cuenta el actor, el tiburón estaba a un escaso metro de distancia cuando lograron sacarle de allí.
Pero ni siquiera en el aire está seguro Leo. En otra ocasión, el actor de Origen viajaba en primera clase, sentado al lado de la ventanilla, cuando de repente vio como una de las turbinas explotó. Cuando miró alrededor, vio que todo seguía en calma y no llegó a entender que pasaba pero una vez más DiCaprio huyó de las garras de la muerte cuando se puso en marcha una segunda turbina de emergencia y el avión aterrizó de urgencia en un aeropuerto de Nueva York.
Otro día, el intérprete fue a hacer paracaidismo con sus amigos. Cuando llegó su turno para tirarse con el monitor que le habían asignado, la cuerda del paracaidas se había enredado. El monitor entonces tiró de la cuerda de emergencia, con tan mala suerte que también estaba enredada. DiCaprio ya se imaginaba aplastado contra el suelo cuando el hombre con el que se había lanzado logro que se activara el paracaídas. Sin embargo y para colmo, el monitor se giró y le advirtió a Leo que, debido a la velocidad, seguramente se rompieran alguna pierna. Pero tal es la suerte del actor que ni siquiera se lesionó en esta ocasión.