A su edad no está para tonterías, y menos para que un pervertido le toque el culo sin ton ni son en pleno mercadillo marroquí.
El vídeo deja bien a las claras cómo se las gasta la mujer, que no duda en darle un fuerte empujón tras notar en sus carnes un pellizco al ‘estilo monja’.
El tipo cae así de bruces y se queda medio traspuesto, mientras todos le preguntan a la mujer qué diantres ha pasado para tamaño despropósito. La aludida, hecha una fiera, sigue insultando al osado, que no levanta cabeza.