Feng Ning, un chino muy arrojado, la escuchó gritar y corrió para cogerla a vuelo. La mujer se había precipitado desde un piso 11, tras resbalar, y el joven pensó que sus brazos bastarían para amortiguar la caída. Se equivocó.
La velocidad y el impacto apenas le permitieron sujetarla, y ambos cayeron con fuerza.
El golpe le provocó lesiones en rodillas; fractura en la tibia, el hueso largo de forma prisma triangular, par, situado en la parte anterior e interna de la pierna y lo dejó inconsciente. La chica no sobrevivió.
Mientras estaba hospitalizado, el varón comentó que sus acciones fueron derivadas de su primera reacción al escuchar gritos de ayuda y lamentó mucho no haber tenido éxito. Nunca se arrepintió de intentarlo.