Al joven se le fue la mano con el desodorante, y lo pagó caro: se fue al otro barrio.
El inglés Thomas Townsend, solía usar grandes cantidades todos los días para camuflar su mal olor corporal, ya que no se duchaba ni a tiros, circunstancia que propició que sufriera un colapso en la circulación debido al gas butano con el que se hacen los sprays.
LATAS A MOGOLLÓN EN SU HABITACIÓN
El joven de 16 años de edad vivía en Flokestone, un pueblo situado en el condado de Kent ( Inglaterra), donde los agentes pudieron encontrar más de 40 latas de desodorante completamente vacías.
Según comentó su madre a ‘Telegraph‘:
«El podía gastar un bote por semana.Yo no sabía que el tenía tantas latas en su habitación pero él guardaba muchas cosas» .
Aunque Townsend tenía antecedentes de autolesionarse, no se cree que el joven se quitara la vida de forma voluntaria sino que la inhalación constante de gas butano le produjo la muerte.