Una madre escucha con el estetoscopio los latidos del corazón de su hijo Lukas, muerto con siete meses en 2013. Siente el funcionamiento del órgano en el pecho de Jordan, una niña de cuatro que fue salvada gracias al trasplante cuando tenía 18 meses de nacida. Heather Clark se emociona con el sonido y quién sabe cuántas cosas pasarán por su mente en este momento.
Heather Clark ha aceptado el encuentro con Esther Gonzalez y su hija Jordan, salvada gracias al corazón del pequeño Lukas. Ambas mujeres lloran o sonríen al mismo tiempo, mientras la niña mira asombrada el revuelo a su alrededor.
El dramático encuentro ha ocurrido en el hospital de Phoenix, en Arizona, donde se ha realizado el trasplante, según la revista People.
Heather Clark pega el estetoscopio al pecho de Jordan, vestida de amarillo, mientras trata de controlar el llanto con una mano que cubre su boca.
«No puedo creer, dice, son los latidos de Lukas, muerto en condiciones dramáticas a consecuencias de los golpes que recibió del novio de la canguro que lo cuidaba.