Como tantas otras veces, Lisa Van Valkenburgh, una residente de Parkville, localidad situada al norte de Kansas City, EEUU, se dispuso a sacar a su perro, Maverick, para que pudiese hacer sus necesidades.
SPFD performs a dog rescue after he falls in a sink hole. Been missing for 72 hrs. Glad family is back together! pic.twitter.com/2gpM1mYFXv
— Rich Carrizzo (@SPFPDFireChief) enero 31, 2016
Sin embargo, lo que parecía algo cotidiano y rutinario se convirtió en una auténtica pesadilla, tanto para el can como para la dueña de este pastor alemán de 12 años de edad.
Mientras el perro se encontraba fuera de casa en las inmediaciones de la parcela en donde ésta se sitúa, la mala fortuna propició que se cayese por un terreno resbaladizo y se quedase enterrado y sepultado en una zanja.
Fue poco después cuando Lisa y sus familiares se dieron cuenta de que algo había sucedido y rápidamente iniciaron una búsqueda que se prolongaría durante tres días agónicos sin tener pistas sobre su paradero.
Según relató la propia Lisa en declaraciones recogidas por ‘Huffingtonpost‘, su temor se acrecentaba al pensar que podría haber corrido hacia el lago que se encontraba próximo al lugar: «Tenía miedo de que se hubiese caído al agua y que no tuviese la fuerza suficiente en sus patas para salir de ahí».
Sin embargo, 72 horas después de su desaparición sería ella misma quien descubriría que en realidad se encontraba atrapado bajo tierra después de que escuchase cómo lloraba reclamando ayuda de forma desconsolada.
De este modo, y gracias a las labores de rescate de un equipo de bomberos, Maverick consiguió, por fin, volver a ver la luz.
Tras las dos horas que tardaron en liberarle contemplaron al animal en estado de deshidratación, muy débil y muy asustado todavía. Como consecuencia, fue trasladado a un centro veterinario cercano donde se le suministró el tratamiento adecuado para trabajar en su recuperación.
Por suerte, como el jefe de bomberos Rich Carrizzo informó a través de la red social de Twitter, Maverick pudo volver felizmente junto a la familia que le adoptó tiempo atrás.
El can, que ya tuvo que luchar antes de que le acogiesen contra las secuelas de un atropello, continúa superando los obstáculos que le impone el destino y mejora favorablemente: «Lo está haciendo genial. Come, juega y poco a poco está volviendo a ser el mismo de antes», informó su dueña, Lisa.