Los hechos ocurrieron en Pennsylvania cuando Michael Menney, de 25 años, sufrió una sobredosis de heroína al administrarse la droga en el mismo autobús.
Sentado en el primer asiento del transporte público, el estaodunidense se inyecta en el brazo derecho mediante una jeringuilla la dosis sin importarle el resto de viajeros. A los pocos minutos se desploma al suelo, siendo necesaria la ayuda de unos policías para reanimarlo. Le administraron Naloxona, un antídoto.
El joven finalmente fue trasladado a un hospital dónde fue arrestado por posesión de drogas y puesto a disposición judicial.