Atroz venganza en una calle del barrio Jardim Santa Cruz II, en el municipio brasileño de Pontes e Lacerda.
Un joven había sido asesinado a puñaladas en 2001, tras una disputa por motivos que se desconocen. Marcos Paulo dos Santos, el presunto autor del homicidio, escapó y la Policía jamás pudo apresarlo.
El hermano de la víctima, Jamir Prado Gonçalves, nunca superó lo ocurrido. El sábado 5 de marzo de 2016, encontró la posibilidad de saciar su sed de venganza.
Caminaba por una calle del barrio Jardim Santa Cruz II, en el municipio de Pontes e Lacerda, cuando lo vio. Allí estaba Dos Santos, caminando también. En un rapto de furia, tomó un trozo de madera que halló en el piso y empezó a clavárselo sin parar.
El ataque se prolongó por algunos minutos, ante la inexplicable indiferencia de transeúntes y automovilistas, que pasaban como si nada. Sólo cesó cuando llegó la policía militar, que se llevó a Gonçalves.
Dos Santos continuaba con vida cuando llegó la ambulancia. Lo trasladó a un hospital, donde quedó internado en muy grave estado.