Se quedó dormida en el tren y, cuando se despertó, observó un extraño movimiento en el asiento delantero.
Era un tipo que había colocado su móvil entre la ranura, y que la estaba filmando sus partes íntimas.
La mujer reaccionó grabándolo a él también para posteriormente denunciarlo en la estación ante la policía.
Al parecer, varios días más tarde, varios agentes se desplazaron a la casa del hombre, de 30 años de edad, y lo detuvieron. Incautaron su teléfono, su ordenador y varios discos duros para examinarlos.
El hombre fue acusado de grabar a las personas sin su consentimiento y de conducta ofensiva. Se le ha concedido la libertad bajo fianza y será juzgado el próximo 20 de abril. Sucedió en Reino Unido.