Tuvieron en China una discusión de aúpa, y a la furibunda mujer no se le ocurrió nada mejor que rociar los calzoncillos del marido -a la chita callando- con paraquat, un producto químico tóxico y altamente peligroso comúnmente utilizado como herbicida.
Según da cuenta ‘Mirror‘, la chalada de turno dejó que se secara la ropa interior en un tenderete y luego, toda solícita y con una sonrisa en la cara, se la entregó con el veneno impregnado y a mala idea al tal Zhang, un cincuentón algo pardillo, que se la puso todo contento para ir como Dios manda a la boda de su hija.
Un vez allí comenzó un sospechoso picor, que degeneró con el paso del tiempo en una imparable putrefacción de sus genitales.
Tal es así que se pasó tres semanas en un hospital, dos de ellas en cuidados intensivos, después de sufrir también graves dificultades respiratorias.
Zhang está ahora inmerso en una demanda judicial contra su mujer de las que hacen època, mientras sus partes pudendas han pasado a la historia.
Algunos han lamentado en las redes sociales que al chino ya no le sirva el pene ni para ‘un rollo de primavera’, valga la frívola apreciación en un suceso tan lamentable.