Fue grabada en un parque público de Truro, una ciudad y parroquia civil en Cornualles, Inglaterra.
Estaba drogada hasta las cejas de Spice, una nueva droga sintética que convierte a sus usuarios en poco menos que caníbales, y le dio por masturbarse a plena luz del día tumbada en un banco toda espatarrada.
El efecto tóxico de la droga que había ingerido, -diez veces más fuerte que la marihuana y más potente que el de la cocaína-, no la llevó sin embargo a atacar a los viandantes que miraban curiosos y se tronchaban ante tan lamentable espectáculo.