Se iba a convertir en la estrella del momento. Había ensayado hasta la saciedad cómo encender el cigarrillo con los dedos, pero el tema se le fue de las manos y se le quemó su ‘pitillo’…
Las escenas recogen el momento en que el chino patoso se prende fuego los genitales entre alaridos de dolor, mientras uno de sus admiradores trata de sofocar las llamas lo mejor que puede, entre un repaso al santoral.