La intentó despertar dándole con la trompa varias veces, pero no había manera. Su cría dormía profundamente y empezó a ponerse nerviosa.
Así las cosas, empezó a moverse de un lado al otro llamando la atención de los cuidadores.
Uno de ellos la dio unas palmaditas y la pequeña se levantó, corriendo hacia su madre entre las risas de alegría de los niños del zoo de Praga. Unas imágenes enternecedoras.