Se llama Raylynn, es vecina de Georgia (Atlanta, EEUU), y no se amilana por tener una anatomía un tanto curiosa: de cintura para arriba es una atleta, pero de ombligo para abajo es un tanto especial…
La joven, que arrasa en Instagram, sabe sacar partido a su Linfedema, una inflamación en su trasero y piernas ocasionada por la obstrucción del sistema linfático, y se está forrando. No en balde tiene una página web donde vende sus fotos más íntimas por 11,99 dólares al mes a los suscriptores.
Son imágenes diferentes a las que enseña en Instagram o Facebook, pero no son pornográficas.
«No soy ni seré una estrella del porno. Tengo una hija y no quiero que vea la vagina de su madre en Internet»,
aclara en uno de sus vídeos.
Disfruta mostrándose tal y como es. Además, no tiene reparo en reírse ella misma de su enfermedad en los comentarios con chistes como: ¿Dónde está mi silla?».