Bruce George Peter Lee, Peter Dinsdale antes de cambiar su nombre en honor a la leyenda de las artes marciales Bruce Lee, ha escrito muchos de los episodios más negros que se recuerdan en las islas británicas.
Con 19 años, fue condenado por haber perpetrado 15 casos de asesinato, que se acabaron quedando en homicidio involuntario después de los recursos de su defensa. La razón que Lee esgrimió en el momento de su detención para tales crímenes fue que «quería batir un Record Guiness».
La inestabilidad mental que presentaba el pirómano causada, según publica el diario británico ‘Mirror‘, por una infancia miserable en la que sufrió diversos abusos, fue clave para que el juicio fuese celebrado en la Corte de Salud Mental de Leeds, que acabó condenándolo a reclusión de por vida en un centro psiquiátrico.
Entre sus víctimas, se encuentran embarazadas y niños que no llegaban a los quince años. Para Roz Fenton, que perdió el bebé que esperaba durante el incendio que Lee provocó en su casa aunque pudo salvar a su otra hija, «nunca deberían permitirle salir». «Es peligroso para la sociedad.
El pensamiento de que ande cerca de niños me enferma», sentencia la mujer que sufrió quemaduras en el 50% de su cuerpo y que aún hoy necesita tratamiento para recuperarse de las secuelas físicas y psicológicas tras el ataque.
Ahora Lee, que se ha casado con otra interna del centro, con la que no se le permite vivir ni consumar el matrimonio, ha sido visto caminando por las calles cercanas al centro de Rampton en el que vive, incluso cerca de colegios, lo que estremece a gran parte de la sociedad británica que aún recuerda los asesinatos que este pirómano cometió.
