La británica Sam Philpott, de 22 años, consumió queso de cabra sin pasteurizar

La mujer que acabó en silla de ruedas por comer mucho queso

El animal no estaba vacunado y como consecuencia Philpott contrajo 'brucelosis'

La mujer que acabó en silla de ruedas por comer mucho queso
Sam Philpott tv

Cuando la británica Sam Philpott, de 22 años, viajó junto a sus padres, -Ian, de 52 años, y Tracey, de 51-, para disfrutar con ellos de la isla de Kos, en Grecia, lo último que imaginaba es que lo que pretendía ser una escapada agradable se iba a convertir en un verdadero drama.

Un drama que comenzó en aquel viaje en 2013 y que se traduce en la aglomeración de los agresivos síntomas que comenzó a padecer y que terminaron cambiando su vida por completo: migrañas, náuseas, vómitos constantes, fiebre, mareos, temblores, fatiga, debilitamiento general… Y todo ello por culpa de comer «una cantidad significativa» de queso sin pasteurizar, procedente de cabras de Kos sin vacunar.

De este modo, de sentirse enferma y con un «dolor incapacitante», a lo largo de los años su estado, lejos de mejorar, empeoró hasta el punto de tener que vivir postrada en una cama, con una continua sensación de dolor y con incapacidad para andar.

Más allá, la ex asistente de enfermería, natural de Walsall, Inglaterra, padece otros síntomas similares a los de la gripe además de sufrir pérdidas de memoria, insomnio y pérdida del habla.

Según recoge The Telegraph, la joven cree que contrajo ‘brucelosis’, también denominada ‘fiebre de Malta’ o ‘fiebre mediterránea’, una enfermedad zoonótica infecciosa (que se transmite de los animales vertebrados al hombre y viceversa) producida por bacterias del género ‘Brucella’, que atacan a varias especies de mamíferos.

Aunque en muchos países desarrollados la enfermedad está eficazmente controlada a través de la vacunación de los animales, puede ser transmitida si productos procedentes de un animal infectado no han sido pasteurizados.

«Quién iba a saber que el queso sin pasteurizar, con lo delicioso que es y las momentos de felicidad momentánea que me dio, podría causar este terrible dolor estoy sufriendo, este tipo de dolor que hace que quiera que acabe mi vida», explicó Philpott, quien además sufre fibromialgia, una enfermedad caracterizada por fuertes dolores musculares crónicos que están acompañados de una continua sensación de fatiga entre otros síntomas.

Ahora, en una búsqueda de combatir su grave situación y sus múltiples afecciones, se encuentra recibiendo tratamiento médico en Florida, EEUU, tanto para la brucelosis como para la enfermedad de Lyme (enfermedad infecciosa que afecta a varios órganos del ser humana y es transmitida por las garrapatas) y es sometida a un tratamiento intravenoso, facilitándola antibióticos y suplementación vitamínica ante su débil sistema inmunológico.

«En la clínica han dicho que es una de las peores pacientes que han visto, en términos relativos a lo lejos que ha llegado la enfermedad», declaró su hermano.

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