Lo que es evidente es que Facebook debió retirar, tras comprobar que circulaban por internet, los vídeos de contenido sexual la joven y se hubiera evitado el suicidó, a pesar de que no había orden judicial para hacerlo.
La joven se llama Tiziana Cantone, se suicidó en septiembre de 2016 ahorcándose en el sótano de su casa.
Su cuerpo fue encontrado por su tía.
La joven, natural de Nápoles, era hija del responsable de un bar y se había grabado practicando sexo en distintos vídeos que posteriormente, sin ella saberlo, habían sido enviados por su expareja y difundidos en la red.
La publicación de estas grabaciones provocó que Cantone fuera foco de burlas e insultos continuados e incluso fueron la razón de que perdiera el trabajo.
La mujer quedó sumida entonces en la angustia y la depresión, que la llevó a intentar cambiar su identidad y a abandonar Nápoles.
Es el desenlace final de una historia que comenzó en 2015, cuando la bella Cantone descubrió que una serie de vídeos de contenido sexual en los que ella aparecía se habían filtrado y subido a diversas páginas web y redes sociales.
Aunque la Justicia le reconoció su derecho a eliminar el rastro en internet dejado por esos vídeos, fue condenada a pagar una elevada suma a varios sitios que los difundieron.
«Sobre la muerte de Tiziana hemos abierto un sumario por inducción al suicidio», dijo a los medios el fiscal jefe de la Fiscalía de Nápoles Norte, Francesco Greco. La joven, natural de Nápoles, era hija del responsable de un bar y se había grabado practicando sexo en distintos vídeos que posteriormente, sin ella saberlo, habían sido enviados por su expareja y difundidos en la red.
La publicación de estas grabaciones provocó que Cantone fuera foco de burlas e insultos continuados e incluso fueron la razón de que perdiera el trabajo. La mujer, de 31 años, quedó sumida entonces en la angustia y la depresión, según las mismas informaciones, que la llevó hasta a intentar cambiar su identidad y a abandonar Nápoles.
La semana pasada obtuvo una sentencia favorable: la Justicia italiana ordenó suprimir estos vídeos y los comentarios que los usuarios habían escrito en la red además de condenar a varios sitios que los habían difundido al pago de costas.
Sin embargo, en el mismo fallo también se consideró que Cantone consintió las grabaciones y fue condenada a pagar otros 20.000 euros de costas a otros cinco sitios web. «Mi sobrina ha sido asesinada por la web y por la indiferencia de muchos», ha denunciado una de las tías de Cantone.
La Justicia investigará las causas del suicidio de Cantone mientras que en medios italianos se ha abierto el debate sobre la presión que ejerce la red y sobre si el desenlace se podría haber evitado.