En la cafetería de Nueva Zelanda donde este usuario de Facebook compró su sándwich saben cómo vender bien un sándwich. Por fuera, pueden verse varias lonchas de pavo y unas generosas pociones de tomate.
Sin embargo, la realidad es bien distinta: el sándwich apenas contiene una loncha de pavo y dos trocitos de tomate.
Todo un engaño que le costó al cliente aproximadamente seis euros.