La Dirección de la Policía de la isla de Lesbos (Grecia) confirmó que cuatro adolescentes paquistaníes acusados de violar a un adolescente han sido trasladados ante las autoridades judiciales de la isla. Los detenidos tienen 17 años y permanecían en el «hotspot» de Moria, al que las autoridades llevan a todos los inmigrantes irregulares que llegan desde las costas turcas.
Los cuatro han sido acusados de violar conjuntamente a otro joven paquistaní de 16 años con el que convivían en el reducido espacio reservado para menores no acompañados en dicho centro y de haber cometido actos pornográficos grabando la escena en sus teléfonos móviles.
El «hotspot» de Lesbos funciona bajo la competencia de las autoridades griegas y cuenta con el apoyo de funcionarios de otros organismos europeos (Frontex, Europol, EASO) pero desde hace meses opera con pocos medios y dos mil personas mas de su capacidad inicial.
Al parecer el joven fue violado tras sufrir amenazas en la madrugada del pasado viernes y los propios autores grabaron la escena a través de sus móviles. Al día siguiente la víctima se lo contó a un miembro de una ONG que mantiene actividades en este centro, lo que provocó que fuera de inmediato examinado por los servicios médicos competentes, que confirmaron los hechos. Los cuatro jóvenes fueron arrestados y se confiscaron tres de sus móviles en los que figuran la escena de la violación.
Los jóvenes tendrán que comparecer ante las autoridades judiciales pertinentes, un tribunal especial al tratarse de menores. Pero los abogados de oficio a los que se encargó su defensa han renunciado a hacerlo, nada mas leer el sumario.
Situación explosiva
Las personas que trabajan en el centro de Moria no quieren hablar con los medios y las autoridades griegas no permiten la entrada a ningún periodista. Pero una de las voluntarias que colabora con las pocas ONG que pueden entrar en este reducido campamento lleno de alambradas acepta hacerlo desde el anonimato. «Las autoridades dicen oficialmente que hay 5.858 personas aquí esta mañana, pero es muy posible que sean mas.
Y la capacidad oficial es solo de 3.500. Están hacinados, en pequeñas tiendas o contenedores, sin nada que hacer más que esperar su comida y el proceso de su identificación y tramitación de sus documentos. Los chicos jóvenes siempre buscan pelea, están desesperados, se sienten enjaulados». Ya la semana pasada provocaron un incendio que causó el pánico entre los inmigrantes que tuvieron que huir del fuego, así como grandes daños materiales. «Estos campamentos se han vuelto explosivos. Se puede desatar la violencia en cualquier momento», comenta con pena. Y vuelve a su trabajo bajo duras condiciones: este verano un calor tropical y dentro de pocas semanas, lluvia y frío.
Lo mas triste es que precisamente para proteger a los jóvenes no acompañados del resto de la población se les había instalado en una parte del campamento completamente aislada.