La mujer sale despavorida con el culo al aire dando chillidos, mientras el amante, en calzoncillos, poco puede hacer más que aguantar la tunda con la poca dignidad que le queda.
Es un hombre de Alabama, que ‘cazó’ a su esposa con otro en la cama, y que lejos de querer entablar una conversación tipo «no es lo que parece, pues ya me dirás», optó por dar puñetazos a troche y moche hasta quedarse a gusto.
El amante fue incapaz de hacer frente a su envites, y acabó arrastrado por el suelo como una fregona, según da cuenta ‘Daily Mail‘.