Una madre ha salvado la vida de su hijo de un año después de que cinco médicos le dijesen que el bulto de su hijo no era «nada de qué preocuparse». El pequeño se llama Alec y, cuando su madre le dio un masaje, se le detectó una pequeña bola en la parte superior de la pierna. Los especialistas no le dieron importancia y los tumores se fueron expandiendo por el cuerpo, además de moratones que le iban surgiendo. Finalmente, un oncólogo detectó el problema.
La historia de Nicola Carpenter es la de una madre luchadora que ha salvado la vida de su hijo a base de insistencia. El pequeño se llama Alec, apenas tiene algo más de un año y, mientras su madre le hacía un masaje, se le detectó un bulto en la parte superior de la pierna. En ese momento la preocupación aumentó.
El mismo día que la madre detectó la bola en su pierna, el pequeño tenía que ir al médico para ponerse la inyección correspondiente a los tres meses. Una buena oportunidad para mostrarle a los médicos el problema y ver si había posibilidad de que el bebé tuviese algún tumor. Sin embargo, allí le dijeron que eso no era » nada de qué preocuparse», según cuenta Mirror. Una respuesta que no dejó conforme a Carpenter y que le obligó a realizar más citas con otros tres médicos, ya que los bultos se empezaron a extender por el pequeño cuerpo del bebé.
La respuesta en esta ocasión también fue la misma: «No tiene absolutamente nada». Es más, algunos le pidieron a los padres que se tomaran las cosas con más calma porque al ser el primer hijo que tenían, según los especialistas, la pareja estaba siendo «demasiado protectores».
Lejos de rendirse, Nicola y su esposo Glen llevaron a Alec a ‘A&E’ en el Hospital Ipswich cuando vieron el hinchazón y los moretones alrededor de los ojos de su hijo. Allí el doctor sugirió erróneamente que Alec podría tener neurofibroma, una enfermedad que acorta la vida y causa tumores en el tejido nervioso, y, sin más que añadir, le mandó volver a su médico de cabecera. «Estaba histérica», dice Nicola.
«El parto de Alec fue muy difícil y no pudo respirar por sí mismo durante las primeras cuatro horas de vida», explica la madre. Finalmente, un oncólogo le confirmó a la pareja que el pequeño tenía neuroblastoma y el estado de la enfermedad era de unas 4-7 semanas. A partir de ahí, empezaron a trabajar con Alec sometiéndole a cuatro sesiones de quimioterápia y una importante operación el pasado mes de septiembre en el que se le extirpó un tumor. Ahora, su hijo está bien y listo para empezar una vida sana, como la de cualquier niño de esa edad.