El cuerpo de Elliot Stapleton-Giddins, chef de 18 años, fue hallado sin vida en su dormitorio en Buckinghamshire, Inglaterra. El joven, que tenía trabajo y una vida aparentemente feliz, se suicidó sin dar explicaciones. Las investigaciones apuntan a que es consecuencia de que días antes, su madre le hubiera pedido empezar a pagar el alquiler por su habitación.
Cuando la mujer trató de entrar en la habitación de su hijo, según confirma The Sun, no podía abrir la puerta porque una escalera se lo impedía, pero pudo ver a su hijo colgado de una cuerda. El joven, de 18 años, se había quitado la vida la noche anterior.
La mujer y su hijo vivían en un piso de cuatro habitaciones en Buckinghamshire, Inglaterra. Los dos dormitorios restantes se alquilaban en torno a los 500 euros, así que la madre decidió que su hijo debería pagar 200 por su habitación, «es un trato justo», comentaba.
La investigación sobre el suicidio del joven apunta a que esta es la causa de su posible depresión, ya que tenía trabajo y una relación en la que era feliz. La madre asegura que «No debería haber hablado con él por mensajes de texto si no en persona» pero no cree que esa fuera la razón. «No me había dado cuenta de lo mucho que estaba ganando, pero él estaba trabajando realmente duro», dijo.»No lo hice por el dinero, sólo para que él fuera un poco más responsable».