LOS MÁS ACTIVOS CUENTAN CON LOS DEDOS DE UNA MANO LOS COITOS DE SEIS MESES

En Japón no fornica ya ni el más pintado: la vida laboral ha matado todo rollo sexual

La exigencia profesional, mientras tanto, lleva a extremos tan drásticos como el suicidio

En Japón no fornica ya ni el más pintado: la vida laboral ha matado todo rollo sexual
Una sugerente japonesa TV

Cerca de la mitad de los matrimonios japoneses reconocen no tener sexo

Japón está acabando con las ganas de sexo de sus habitantes. Las largas jornadas laborales y la presión por mantener un puesto de trabajo les dejan con las fuerzas justas para llegar a casa y buscar una excusa que evite cumplir con la vida marital. La exigencia profesional lleva a extremos tan drásticos como el suicidio pero la falta de relaciones sexuales supondrá también un serio problema para el país en no muchos años.

Cerca de la mitad de los matrimonios japoneses reconocen no tener sexo y los más activos podrían contar con los dedos de una mano los coitos de los últimos seis meses. Según datos de la asociación de planificación familiar del país nipón recogidos por The Guardian, el 47,2% de los hombres y mujeres casados reconocer vivir en lo que llaman ‘matrimonios sin sexo’, un 15,3% más que en 2004.

Un 22% de las mujeres casadas ven el sexo como un problema y un 35% de los hombres se encuentran demasiado cansados para llegar a casa y pensar en ello. La vida laboral también repercute fuera de la vida conyugal. Según una encuesta realizada por el Instituto Nacional de Investigación de Población y Seguridad Social, el número de vírgenes ha aumentado en la última década en personas entre los 18 y los 34 años.

Además de para sus ciudadanos, la falta de sexo entre sus habitantes supone un problema para el país. Si la tasa de natalidad se mantiene tan baja -ahora está en 1,4 hijos por mujer- Japón se enfrentará a una disminución drástica de la población y de 127 millones de habitantes pasaría a los 86 millones en 2060. Sería necesario aumentar la tasa de fertilidad a 2,1 hijos para asegurar la estabilidad.

La conciliación de la vida laboral y familiar es una tarea pendiente en Japón. Uno de los problemas que arrastra el país es la falta de límite a las horas de trabajo. En este sentido, la lucha por rascar más tiempo para la vida personal pasa por que el Gobierno establezca un máximo de horas extra, que se espera esté en un máximo de 60. Uno de los casos más sonados de muerte por trabajo, allí llamado ‘karoshi’, ocurrió a finales de 2015 cuando una empleada de 24 años de la agencia de publicidad Dentsu se quitó la vida tras haber trabajado 100 horas de más en un mes.

En cuanto a los sueldos, el salario base medio mensual subió un 0,7% en 2016 en términos reales con respecto a 2015. Esta subida supuso el primer aumento de este tipo en cinco años. El Ministerio de Trabajo, Salud y Bienestar estableció a principios de febrero de este año el sueldo medio en Japón, incluyendo pagas extra, en 315.372 yenes, unos 2.600 euros.

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