Elderlandes Rosa, de 29 años, no acaba de digerir la muerte de su querido hermano, en Plata, Brasil. Por eso, durante las últimas horas, tuvo la macabra idea de desenterrar su ataúd y llevárselo a dar un paseo por la ciudad. La familia cuenta que jamás «toleró» su temprana muerte.
Cargó el feretro en su bicicleta y se lo llevó a dar vueltas. Contó que había soñado que su hermano Eri Erisberto, que murió hace más de un año, le dijo que fueran a dar un paseo juntos.
Eso se lo dijo a la policía, cuando fue detenido por el delito de abusar de un cadáver, que conlleva una pena máxima de tres años de cárcel. El ataúd del joven fue devuelto a su tumba al día siguiente.