Yipinxuan se ha convertido en un must have en China. Se trata de un dispositivo de bolsillo que tras una apariencia inofensiva esconde un lanzallamas para utilizarlo como arma de defensa personal ‘anti pervertidos’. Bajo esa idea se vende en diferentes páginas web que buscan entre las mujeres jóvenes a su público objetivo.
Más grandes o más pequeños, con llamas que van desde las similares a las que produce un mechero hasta las que alcanzan los 50 centímetros de longitud y con 30 minutos de autonomía ininterrumpida, el precio competitivo es uno de los factores que hacen crecer el número de ventas del gadget anti-acoso.
Según da cuenta ‘El Economista‘, este soplete cuesta entre 10 y 30 dólares y promete desfigurar al atacante. «Pueden dejar una cicatriz permanente, pero son una herramienta legal, no letal», asegura uno de los vendedores a The Beijing Youth Daily. Sin embargo, la Policía ya ha advertido de que su comercialización es contraria a la ley pero por el momento no ha podido frenar su venta, que alcanzaba las 300 al mes por tienda online.
El lanzallamas de bolsillo llegó a su pico más alto de ventas tras saltar la alerta a principio de verano por una ola de acosos sexuales.
No es la primera vez que las autoridades chinas siguen la pista a productos potencialmente peligrosos. Las miniballestas que se pusieron de moda en los patios de colegio también requirieron de advertencia oficial y fueron retiradas de la venta.