Una oficina de Correos del estado mexicano de Jalisco se llevó un susto el jueves pasado. Un paquete envuelto en plástico contenía un cachorro de tigre de Bengala de dos meses con destino a Querétaro.
Un perro rastreador de la Policía federal de México dio la alerta al detectar el olor del pequeño felino, que se encontraba drogado y sedado. Las condiciones de transporte del animal, además de claramente ilegales, lo habían dejado en mal estado.
«Se trata de una especie catalogada en peligro de extinción, debido a la caza ilegal para la obtención de su piel. ¡Protegemos la vida en todas sus manifestaciones! Tu reporte cambia vidas, ¡no lo dudes!», ha animado a denunciar la Policía en su Facebook, al dar a conocer el caso.
Fuente original:María De Sancha Rojo, ElHuffPost/Leer más
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