Escribe Guadalupe Piñeiro Michel en ‘ABC‘, este 6 de mayo de 2018 que fue su su sombra: «Le acompañó en sus primeros pasos como cantante y llegó a subir con él al escenario cuando se encontraba en la cúspide de su carrera artística. La última vez que se la vio en un acto público fue en marzo de 1985, cuando su hijo la invitó a subir al escenario del Luna Park de Buenos Aires. Tras aquella noche, se esfumó».
Hace ya más de 30 años que uno de los artistas más laureados de México, Luis Miguel, desconoce el paradero de su madre, la actriz Marcela Basteri, quien ahora debe tener 72 años. Desde el entorno más cercano del cantante aseguran que la desaparición de Basteri fue voluntaria y que él no le guarda rencor.
De hecho, durante tres décadas Luis Miguel ha invertido grandes cantidades de tiempo y dinero en una búsqueda desesperada que no ha dado fruto alguno.
Hay quienes dan por muerta a Marcela Basteri. Otros afirman que reside en su Italia natal. En los mentideros más imaginativos no dudan al asegurar que fue víctima de un secuestro por una red de narcotráfico en México. También se cuenta que está interna en un centro psiquiátrico y que no reconoce a su hijo. Y las últimas versiones sostienen que la madre de «Luismi» deambula secretamente por las calles de Buenos Aires pidiendo limosna.
Lo que es seguro es que este es un capítulo imborrable de un dramático misterio que, a sus 48 años, el intérprete de «Suave» continúa sin resolver y que le atormenta.
Era septiembre de 1985 cuando Marcela Basteri (Carrara, Toscana, 1946), al parecer cansada de las constantes traiciones de su marido, el español Luis Gallego Sánchez -conocido como Luisito Rey-, decidió regresar repentinamente a su Italia natal, dejando atrás a su familia.
El matrimonio tenía entonces tres hijos: Luis Miguel, Alejandro y Sergio. Los padres del célebre cantante se habían conocido en la ciudad bonaerense de Mar del Plata, situada en la costa argentina del Atlántico, océano que vio años más tarde partir a Basteri sin retorno.
Puro teatro
Tras su abandono, un año después, Luisito Rey citó a Basteri en Madrid para tener una conversación con ella. Él le aseguró que le había comprado un billete de avión para impulsar el encuentro, pero se trataba de otra mentira más del progenitor del cantante.
No obstante, Basteri viajó a España a citarse con su marido, desde donde llamó a su familia en Italia para informarles de su paradero. Eso fue lo último que se supo de la mujer, que por aquel entonces tenía 39 años.
Todo el drama familiar que supuso para el cantante el abandono de su madre y la explotación laboral a la que le sometió su padre, obsesionado por hacer de él una gran estrella, se narra estos días en «Luis Miguel: la serie».
Demasiada agua ha pasado bajo el puente desde que aquel joven vio partir a su madre sin retorno. Y ríos de tinta se han escrito con las distintas versiones que circularon en la prensa internacional sobre qué fue de esta mujer tras su misteriosa desaparición.
Sin embargo, las hipótesis más creíbles, las que llegan desde Buenos Aires afirmando que pide limosna por las calles para poder sobrevivir, han cobrado fuerza las últimas semanas, cuando la prensa local argentina creyó haberla encontrado mendigando en las calles porteñas.
Finalmente, días atrás se desveló que, a pesar de su increíble parecido físico entre ambas, aquella mujer era en realidad una escritora y poetisa de origen asturiano llamada Honorina Montes. «Yo no soy quien buscan», afirmó con contundencia a los medios la española, que a sus 60 años ya había sido dada por muerta en su tierra natal.
Sin descanso
El éxito rotundo que consiguió Luis Miguel a lo largo de su carrera musical no impidió que la inquietud sobre el paradero de su madre se transformara en una pesada mochila, que le acompañaría por un camino repleto de giras, amores y excesos.
Su íntimo amigo, el periodista Polo Martínez, aseguró durante una entrevista al programa de televisión argentino «Infama» que el intérprete nunca cesó en sus intentos de dar con su madre.
«Él cree que algo pasó, pero no sabe muy bien el qué».
Y añadió:
«Su mamá adoraba a sus tres hijos y en su momento los fue a buscar, pero su padre no se los quiso entregar y ahí empezaron las discusiones».
La fama, el éxito y el dinero no han sido suficientes para el cantante, que hasta el día de hoy continúa sin conocer qué fue de su madre, aquella mujer que le dio la vida 48 años atrás y unas décadas más tarde desapareció sin dejar rastro.
«Luis Miguel siempre quiso cerrar el tema y saber qué pasó. Gastó mucho dinero en buscar a su madre. Contrató los mejores servicios para buscarla», recordó Martínez, gran testigo del ocaso más duro de quien llegó a alcanzar la fama bajo el apodo de «Sol de México».