Cuando Clara Elena Laborín ganó la corona del Miss Sonora, pocos imaginaron el turbio destino que estaba por escribir. Su historia ha ocurrido en Agua Prieta, una ciudad fronteriza del estado mexicano de Sonora, con poco más de 77.000 habitantes. Muchas veces ha sido escenario de ejecuciones y enfrentamientos entre cárteles narco.
El 19 de febrero de 1964 nació allí Clara Elena Laborín Archuleta, una mujer que daría mucho de que hablar. Durante su juventud fue coronada como la mas bella de su estado al ganar el concurso Miss Sonora. Años más tarde, se convirtió en la esposa de un poderoso capo narco. Pero no se conformó con servirle de adorno, sino que a la caída de su marido asumió las riendas de uno de los cárteles más poderosos de México, el de los Beltrán Leyva, que en 2008 se había separado del Cártel de Sinaloa. (Cae una red de narcos que utilizaba migrantes venezolanos para repartir droga por el mundo)
Clara Elena pasó a ser conocida entonces como «La Señora» u «Osiris», la esposa de Héctor Beltrán Leyva «El H», quien había heredado el liderazgo del cártel luego de la muerte de su hermano Arturo en un enfrentamiento con fuerzas federales en 2009, y de Alfredo, otro de sus hermanos.
Bajo el liderazgo del «H», los Beltrán Leyva, debilitados por su guerra con Sinaloa, había ido de más a menos. Hasta que en 2013, según la agencia Insight Crime, en alianza con Los Zetas, resurgió con fuerza en el noroeste del país al mismo tiempo que le asestaba algunos golpes al cártel de Sinaloa en su territorio y en Sonora, una plaza en disputa desde la separación.
Pero la buena fortuna no duró mucho: el 2 de octubre de 2014 el «H» fue detenido, sin un solo disparo, en un restaurantes de mariscos de la ciudad de Guanajuato, donde se hacía pasar por un comerciante de bienes inmuebles y obras de arte.
Beltrán Leyva era uno de los criminales más buscados de México y Estados Unidos, que ofrecían recompensas millonarias por su cabeza.
En México estaba acusado de delincuencia organizada, delitos contra la salud, acopio de armas de fuego y operaciones con recursos de procedencia ilícita.
La reina de belleza
Luego de la detención del «H» se esperaba que el cártel se dividiera en una lucha por el control del poder, pero al interior había alguien que se había ganado el respeto de las organizaciones aliadas y de los más sangrientos sicarios y jefes de plaza dentro del Cártel como Fausto Isidro Meza Flores «El Chapo Isidro», quien actualmente libra en Sonora una guerra con los hijos de Joaquín «El Chapo» Guzmán Loera.
Se trataba de la esposa de Beltrán Leyva, Clara Elena, quien a partir de ese momento empezó a construir la historia de «La Señora», una de las pocas mujeres en el mundo que han logrado convertirse en cabezas de un cártel.
Siempre aspiró a ser «una mujer de sociedad». Gracias a sus relaciones como reina de belleza, en la década de los noventa se alió con un exconductor de televisión y representante artístico de nombre Guillermo Ocaña, detenido en 2010 por lavado de dinero.
Gracias a Ocaña, Clara Elena pudo organizar suntuosos eventos, como uno en 1999 en el Hotel Hyatt de Acapulco para presentar su negocio de terapias acuáticas en el que había más de 600 invitados, entre artistas, diplomáticos y personas «de sociedad».
De ella se decía que era una sonorense (gentilicio de los nacidos en Sonora) de dinero que quería darse a conocer.
La relación entre Ocaña y Clara Elena, según las declaraciones del primero a las autoridades, se habría iniciado en 1993 o 1994, cuando ella participó en el concurso de belleza. Después él le arreglaba la contratación de artistas para fiestas infantiles en las ciudades de Hermosillo, Agua Prieta y Obregón, pero dejaron de verse por un tiempo.
En 1997, la exreina de belleza tenía en mente otro negocio: una empresa que se llamaba Rotceh, Noticias y Espectáculos. Su primer proyecto era que Ocaña la ayudará a lanzar un grupo musical integrado por sus sobrinas. Otro de sus objetivos era una revista que se llamaba Jeans, pero de la que solo circularon dos números.
El representante artístico sirvió a Elena Laborín como referencia para la renta de casas y solicitudes de tarjetas de crédito, entre otros. En 2002 se mudó a España donde abrió una promotora artística y siguió ligado a los Beltrán Leyva. Se hizo apoderado de inversiones hoteleras y ecoturísticas en Palma de Mallorca y la Riviera Maya, en México.
El crecimiento inexplicable de su fortuna y ganancias lo hizo objeto de distintas investigaciones en México y España, de donde constantemente entraba y salía de comisarías, hasta 2010. (Jorge Luis Valdés, que fue el «barón de la droga» más grande de EEUU, revela quiénes eran sus clientes y socios)
La llegada de «La Señora»
Cuando su marido fue detenido, Elena ya estaba calada en el mundo del narco. En 2009 fue incluida en por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos como presunta lavadora de dinero del Cártel Beltrán Leyva.
Un año después, el 13 de abril de 2010, un grupo armado la secuestró afuera de una casa en construcción, en Hermosillo. Trece días después la dejaron tirada cerca de la Universidad de Sonora, atada de pies y manos y con los ojos cubiertos. A su lado había un narcomensaje que decía:
«Nosotros te vamos a enseñar a ser hombre y respetar a las familias… Asesino de niños Héctor Beltrán Leyva aquí está tu esposa por quien no quisiste responder. Te la entregamos viva y sana para que aprendas que para nosotros la familia es sagrada, poco hombre culero».
El representante artístico sirvió a Elena Laborín como referencia para la renta de casas y solicitudes de tarjetas de crédito, entre otros. En 2002 se mudó a España donde abrió una promotora artística y siguió ligado a los Beltrán Leyva. Se hizo apoderado de inversiones hoteleras y ecoturísticas en Palma de Mallorca y la Riviera Maya, en México.
El crecimiento inexplicable de su fortuna y ganancias lo hizo objeto de distintas investigaciones en México y España, de donde constantemente entraba y salía de comisarías, hasta 2010.