Viajes lujosos, regalos y mucho dinero

‘Paola’, la prostituta consentida de La Madame, quiere regresar al negocio: «Es como ser médico»

Una de las mujeres manejadas por la colombiana arrestada en Cartagena

'Paola', la prostituta consentida de La Madame, quiere regresar al negocio: "Es como ser médico"
Liliana del Carmen Campos Puello, alias La Madame, y algunas de sus prostitutas. EP

Unas, la inmensa mayoría, terminan de putas a la fuerza, atrapadas por una red de macarras, miedo, pobreza y droga. Otras son putas porque quieren.

La consentida de las ‘chicas’ de Liliana del Carmen Campos Puello, alias La Madame, la proxeneta de Cartagena capturada hace un mes, contó al programa Los Informantes de Caracol TV detalles de la exclusiva vida que llevaban y porqué quieren regresar al negocio. Viajes, regalos y dinero son algunas de las razones que mencionó.

Paola, como se hizo llamar la mujer para proteger la intimidad de su hijo de 5 años, contó que ella misma se ofreció a hacer parte del equipo de La Madame, como lo hicieron la mayoría de las trabajadoras sexuales que estaban dentro. No se hacen llamar prostitutas, sino «damas de compañía, exclusivas».

Algunas veces ni siquiera tenían que tener relaciones sexuales con los clientes, argumentó. Y aun así, ganaban mucho dinero. Por una simple noche para bailar cobraban hasta 327 dólares, y solo en un fin de semana se podían hacer hasta 1.961 dólares.

«Mi trabajo es como ser médico o como cualquier otra profesión».

A eso le suman la atención que les daba La Madame, a quien catalogó como una «hermana».

Aclaró que nunca las encerró, ni les quitó los documentos. Por el contrario, les tenía una casa de descanso en los horarios laborales, donde podían relajarse, bañarse, arreglarse y comer. Y si se sentían incómodas con algún cliente pedían cambio.

Para celebrar los negocios hacían paseos en yates o viajes a islas del Caribe el grupo de mujeres solas.

Y, según contó Paola a Los Informantes, algunas estaban para reunir dinero necesario para salirse del negocio. Una de sus compañeras regresó a la ciudad y montó un restaurante de comida orgánica, mientras que ella espera hacer lo mismo el año entrante.

El programa también entrevistó a Lewis Bonafante, un productor de televisión que es amigo de La Madame y de sus chicas.

Este contó que los clientes eran sólo extranjeros, por el dinero que les invertían. Para su selección, las mujeres se arreglaban y modelaban, y ellos escogían con cuáles querían estar.

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