Pos si acaso, porque nunca se sabe y el amor -como dice un viejo y cínico refrán español- dura lo que el agua en un cesto.
Hace exactamente una semana la revista People aseguraba que Justin Bieber y Hailey Baldwin se habían casado en Nueva York en una ceremonia íntima y en súper secreto. La joven modelo desmintió con un tuit la publicación, pero días después su tío Alec Baldwin lo confirmó. Demasiadas idas y vueltas para una noticia que debería alegrarlos.
Sin embargo, lo que sí está claro -y aún no definido- es que ambas estrellas están a punto de firmar un «incómodo» contrato prenupcial por el cual separarán sus fortunas para evitar malos entendidos en un futuro que ninguno pretende.
De acuerdo con el sitio especializado TMZ, tanto Bieber como Baldwin están ultimando los detalles del acuerdo pese a que ambos son muy religiosos y creen en el amor para toda la vida.
«Hasta que la muerte nos separe», se juramentan.
Pero los allegados legales al popular cantante canadiense -una de las máximas megaestrellas de la actualidad- le aconsejaron poner todos los papeles en orden antes de firmar su matrimonio con la bellísima modelo. Ese orden implica detallar los bienes de cada uno.
Según TMZ -que insiste en que la pareja aún no contrajo matrimonio- ambos no se casarán hasta que el contrato esté firmado. Prioridades.
Si bien no se tiene una certeza sobre el número final, de acuerdo a especulaciones la fortuna del Bieber -de apenas 24 años- asciende a unos 250 millones de dólares. En cambio la de su ¿futura? ¿actual? esposa es de «tan solo» dos millones.
Si bien no trascendieron los detalles del acuerdo prematrimonial, los bienes que cada uno aporte a la sociedad conyugal serán propios a no ser que se especifique los contrario y no haya especificaciones sobre los aportes de cada uno a la familia.
Los allegados a la pareja dicen que tanto para Bieber como para Baldwin el tema es algo incómodo porque no está en sus planes divorciarse en el futuro, sino por el contrario, proyectan envejecer juntos.
Más racionales y menos sentimentales, los abogados del artista pop le recomendaron lo contrario. En sus contratos está, naturalmente, cuidar de sus bienes. Y eso hacen.