Las tensiones entre Estados Unidos y China están más vigentes que nunca. El gobierno chino usó microchips instalados en el corazón de computadoras fabricadas en Estados Unidos para robar secretos de tecnología y para tratar de espiar a agencias de seguridad estadounidenses, reportó Bloomberg Businessweek.
La operación de hackeo es quizás la más audaz realizada por algún estado que jamás haya sido reportada, calificó la publicación especializada en tecnología The Verge. (Donald Trump acusa a China de ensuciar su imagen electoral)
Todo empezó cuando Amazon contrató a la compañía Elemental Technologies para que la ayudara en una plataforma para expandir sus servicios de video por internet.
Elemental, con sede en Portland, Oregon, tenía antecedentes envidiables: hacía programas para comprimir videos y formatearlos de manera que sean compatibles con dispositivos diferentes, desde un celular hasta una pizarra de operación de drones por control remoto.
Incluso la CIA usaba sus servicios, y a Amazon le venía bien que fuera así, porque la plataforma que estaba buscando iba a servirle en parte para la nube de alta seguridad que estaba preparándole precisamente a la CIA, indica Bloomberg.
El proveedor de los servidores usados por Elemental era Super Micro Computer Inc., una firma de San José, California, que abastecía de «motherboards«, o placas principales, a los sistemas de compresión de video para diversas redes distribuidoras.
Como parte de los chequeos de seguridad que estaba haciendo Amazon en el proceso de compra, varias de esas placas fueron enviadas en la primavera de 2015 a una firma de inspección tecnológica en Canadá.
Allí las desarmaron, y cuando ya no quedaba nada por ver en el tablero, descubrieron unos minúsculos microchips, del tamaño de un grano de arroz, que no cumplían funciones conocidas en el sistema.
Amazon se lo informó al gobierno de Estados Unidos, y el escalofrío fue inmediato: había servidores de Elemental Technologies instalados en el Pentágono, en los sistemas de operación de drones de la CIA y en buques de la Marina.
La investigación inmediata determinó que, con los microchips ocultos en esas placas, los hackers ganaban acceso a toda la red donde se instalaran los sistemas. (China contesta esto tras el discurso de Trump: La mayoría de países no quiere volver a la Guerra Fría)
Y aquí viene lo peor: se supo también que los microchips fueron insertados en las placas por militares chinos en fábricas operadas por subcontratistas de ese país.
A todas estas, Elemental Technologies era solamente uno de los muchos clientes a los cuales Super Micro Computer Inc. abastecía de esas placas y servidores.
Para tener una idea de la gravedad del problema, téngase en cuenta que en China se fabrica el 90 por ciento de las computadoras comercializadas en todo el mundo, y el 75 por ciento de los celulares.
Aún así, un experto consultado por los autores de la investigación de Bloomberg, la probabilidad de hacer llegar uno de los servidores equipados con el chip espía a cualquier centro estratégico en que pudiese estar en la mira de los hackers es comparable «a ver un unicornio saltar sobre un arcoiris».
Con todo, una de las fuentes de información de Bloomberg aseguró que hubo 30 compañías estadounidenses afectadas, entre ellas Apple, Amazon, contratistas del gobierno y grandes bancos. Apple rompió vínculos con Super Micro Computer Inc. en 2015, por razones presuntamente ajenas al caso.
Amazon compró Elemental Technologies ese mismo año, y al ser consultada por Bloomberg, negó haber estado al tanto del caso. También lo negaron Apple y Super Micro Computer Inc.
La investigación lleva tres años, y sigue abierta.