La historia de Hareton Jaime Rodríguez Sariol ha dejado a más de una persona sin poder dormir tranquila. El hombre, que escapó de Cuba en bote vestido de policía, llegó a Estados Unidos en abril de 2016 confesó haberles disparado a su novia y a la nieta de ella antes de decapitarlas y enterrar sus cabezas a un lado de una autopista de Virginia.
Por haber confesado y por llevar a los investigadores hasta el lugar donde enterró los restos de sus víctimas en el Parque Nacional Shenandoah, la fiscalía no pidió la pena de muerte para Hareton Jaime Rodríguez Sariol, de 48 años. Los cargos de homicidio que enfrenta ahora pueden representar dos condenas de entre 20 años cada una o cadena perpetua.
Las víctimas fueron Elizabeth Rodríguez Rubio, también de 48 años, y su nieta Angie Carolina Rodríguez Rubio, de 12. Habían salido el domingo 5 de agosto de la iglesia La Roca Eterna Hermanos de Cristo en Harrisonburg, condado de Rockingham, en Virginia, y Rodríguez Sariol iba a llevarlas en auto a la casa de ellas en Maryland. (Ecatepec, la «tierra de nadie» donde el asesinato de decenas de mujeres pasa desapercibido)
Pero no llegaron, los familiares avisaron a la policía, y dos días más tarde, el 7 de agosto, las autoridades iniciaron la búsqueda.
Videos de seguridad los muestran a los tres en un Walmart de Harrisonburg a las 2:30 de la tarde de aquel domingo, luego en las oficinas de la compañía de camiones donde él trabajaba, AMG Express, y por último el auto Honda Civic rojo en que viajaban adentrándose en la autopista interestatal 81, con Elizabeth Rodríguez Rubio al timón.
De acuerdo con la confesión de Rodríguez Sariol a la policía el 7 de agosto, según el diario The Winchester Star, la mujer se salió de la vía; la nieta, que iba en el asiento trasero, se dio un golpe en la cabeza, y cuando ella fue a ver cómo estaba, Rodríguez Sariol tomó su celular y vio un mensaje de texto que lo puso «furioso«.
Entonces sacó de la cartera de ella una pistola calibre 22 que él mismo le había dado para que se protegiera, apuntó a la mujer, y cuando la nieta Angie Carolina se interpuso para proteger a la abuela el disparo la alcanzó en la cabeza.
De inmediato le disparó también a Elizabeth en la cabeza y en el pecho, según la confesión citada por el diario, cubrió los cadáveres en el asiento trasero, y tomó la vía de regreso por la autopista. Registros del celular de Elizabeth confirman que estuvo detenido en el sitio indicado por él.
A las 4:51 de la tarde ya estaba de vuelta en las oficinas de AMG Express, ya sin pasajeros en el auto. A las 5:12 pm compró gasolina en una estación del área, y a las 5:30 compró guantes, encendedores y cuchillos en otro Walmart, al sur de la ciudad, reporta The Winchester Star.
Después enterró algunas propiedades de Elizabeth, entre ellas un pulso y unas gafas que más tarde reconocieron los familiares. Esa noche condujo hasta el Parque Nacional de Shenandoah, donde enterró los cuerpos, no sin antes cortarles la cabeza y ponerlas en una bolsa en su auto, reporta el periódico.
Fue hasta la sede de AMG, guardó la bolsa en su camión, y se llevó el auto a otra autopista, donde luego la policía lo encontró en llamas. Al día siguiente fue a Home Depot, compró un pico y enterró la bolsa con las cabezas, cuando ya iba en su camión hacia Pensilvania. (El momento exacto del asesinato a tiros de Miss Bagdad 2015 mientras conducía su Porsche)
Allí lo detuvo la policía y lo acusó de secuestro. Su reacción fue: «Mi conciencia está limpia, no hice nada».
El Capitán
Lo llaman «El Capitán», de acuerdo con el diario digital 14 y Medio, de Cuba. Nació en Holguín, vivió en la provincia Granma, y en La Habana se habría hecho policía de tránsito antes de cumplir 20 años.
En abril de 2016 salió en bote desde Guanabo, al este de La Habana, rumbo a Estados Unidos en compañía de 25 personas. Otro hombre iba también con uniforme en el grupo: Michel Herrera.
Al llegar, luego de 30 horas de travesía, no tuvieron problemas porque aún estaba vigente la política de «pies secos/pies mojados», que automáticamente permitía a los cubanos permanecer en el país hasta que, al cabo de un año y un día, iniciaran los trámites para hacerse residentes amparados en la Ley de Ajuste.
«El capitán estaba locamente enamorado de esa mujer y estaba obsesionado con ella», le dijo a 14 y Medio una fuente cercana al asesino confeso.
Entrevistado por Juan Manuel Cao, periodista y presentador del programa «El Espejo», del Canal 41/América TeVé en Miami, Rodríguez Sariol dijo que escapó de Cuba vestido con el uniforme para evitar que los detuvieran cuando estaban llevando la embarcación a la costa.
Personas que conocían a la pareja dijeron a medios de Miami que los dos eran muy celosos y discutían con frecuencia. Lo que nadie puede explicarse, según uno de esos testimonios, es por qué la niña tenía que ser una víctima.
El juez Bruce Albertson dictará sentencia contra Rodríguez Sariol en una corte de Harrisonburg el próximo 12 de febrero.