La discresión forma parte de un perfil bien diseñado, no pueden arriesgarse a llamar mucho la atención ni a ser muy populares, en la mayoría de los casos en los que sus nombres salen a la palestra pública es producto de alguna investigación que han llevado a cabo las autoridades de los Estados Unidos.(La razón por la que el narco Pablo Escobar le perdonó la vida a Ricardo Gareca)
BBC.- las familias de los líderes de narcotráfico, que en algunos casos juegan un papel fundamental para los carteles: con frecuencia de entre ellos surgen los sucesores de los capos.
En otros se encargan de las operaciones financieras, y lo más común es que establezcan negocios o adquieran propiedades para invertir las ganancias del tráfico de drogas.
Pero de su vida familiar, los barrios donde viven, sus aficiones o estudios que cursan se conoce muy poco. Ocurre incluso en los casos de quienes tienen cierta presencia pública como Emma Coronel, la última esposa de Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”.
Recientemente en algunos medios y redes sociales se publicaron fotos de lo que, aparentemente, fue el festejo por el cumpleaños 7 de las hijas gemelas de la pareja. La reunión se diseñó con colores y adornos inspirados en la muñeca Barbie. En Instagram y Facebook se crearon cuentas supuestamente de Coronel. En una carta la esposa de “El Chapo” reconoció que las imágenes fueron de la fiesta, pero no las difundió en internet.(México: Cuelgan un cocodrilo al estilo narco con un mensaje de amenaza en el balneario de Puerto Vallarta)
“No tengo redes sociales, no soy la persona detrás de esas páginas”, indicó.
Yo nunca quise estar en esta situación de tener mi vida expuesta, lo cual no es nada agradable debido a que ya es muy difícil lidiar por la situación en la que me encuentro y todavía tener que exponerme por personas ajenas a mí, que están dedicándose a exhibir a nombre mío, mi vida privada.
Clanes Familiares
Ciertamente, por la naturaleza de sus negocios es lógico que los capos sean recelosos de la vida privada de su familia. Por eso establecen relaciones muy cerradas y casi siempre discretas, le dice a BBC Mundo el especialista José Reveles, autor de varios libros sobre el tráfico de drogas.
“Son grupos endogámicos, no se salen de su propio circulo de influencia, no se casan con cualquiera”, explica.
“Se van uniendo, son como clanes familiares que se amplían con los matrimonios, y eso es muy evidente en todos los grupos mexicanos dedicados a la droga”.
Un ejemplo es Giselle Guzmán Salazar, la hija mayor de “El Chapo” quien estuvo casada con Vicente Zambada Niebla, encarcelado en Estados Unidos.(El narco más buscado en España reaparece en un videoclip de reggaeton cachondeándose de la Policía)
«El Vicentillo”, como se le conoce, es hijo de Ismael Zambada García “El Mayo”, el principal líder del Cartel de Sinaloa.
Otro caso es Guzmán Loera. Su esposa es sobrina de Ignacio Coronel Villarreal, “El Nacho”, uno de los fundadores del cartel y quien fue abatido por la Marina en 2010.
Una razón para crear estos clanes y restringir el acceso a extraños es la seguridad. Los vínculos familiares son más seguros, pero además permiten un mayor orden en el rumbo de las organizaciones.
“Las ligas de parentesco aseguran la confianza, eso se da porque no puedes meter a gente que no es de la familia”.
Pero en el caso del Cartel de Sinaloa hay otra razón: la mayoría de los fundadores y actuales líderes provienen del llamado Triángulo Dorado. Es una región montañosa que comparten los estados de Durango, Chihuahua y Sinaloa.
Allí se escondió “El Chapo” los años que permaneció libre tras sus dos fugas, y allí se encuentra también la residencia de “El Mayo”.
Empresarios
Un rasgo de las organizaciones de narcotráfico, sobre todo las vinculadas a Sinaloa, es su esfuerzo por integrarse a la sociedad donde viven. Es el caso de la familia de Rafael Caro Quintero, uno de los fundadores del Cartel de Guadalajara y quien permaneció 27 años en prisión por el asesinato del agente de la DEA Enrique Camarena Salazar, “El Kike”.
Según el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, los hijos del capo tienen conjuntos inmobiliarios, restaurantes, hoteles y negocios de spa. La familia fue incluida en la lista de la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés), donde se incluye a los personajes vinculados con delincuencia o terrorismo con quienes se prohíbe a los estadounidenses hacer negocios.
Una de las hijas del capo, Roxana Caro Elenes, estudió en el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), una de las universidades privadas con más prestigio en la región. Héctor, otro de los hijos, practica equitación y formó parte del equipo mexicano que ganó medalla de oro en los Juegos Centroamericanos de 2006.(La rocambolesca historia de Klaus Barbie, el ‘carnicero’ nazi que ayudó a Pablo Escobar a forjar su imperio narco )
OFAC señala que el dinero obtenido por el tráfico de drogas de Caro Quintero se invierte en las empresas de sus hijos. Otro ejemplo es Sandra Ávila Beltrán, conocida como “La Reina del Pacífico”, quien estudió en la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG), un instituto privado de alto costo.
Algunos compañeros de esa época –mediados de los años 80- la recuerdan como una chica callada, con pocos amigos, que llegaba a clases en autos de lujo vestida con ropa nueva y joyas.
El de Sandra Ávila es un ejemplo de cómo funcionan los clanes familiares en algunos carteles.
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Desde muy joven conoció a personajes que luego se volvieron famosos, como “El Chapo”, “El Mayo” o los hermanos Arellano Félix líderes del desaparecido Cartel de Tijuana.
Y también, en su historia, se mezcla otra parte de la vida familiar en los carteles, la violencia y amenazas que siempre están presentes. El primer esposo de Ávila Beltrán fue asesinado, y uno de sus hijos sufrió un secuestro. Sandra permaneció encarcelada durante siete años.(El ‘narco’ Diosdado Cabello amenaza con extender la vigencia de la Constituyente chavista cuatro años más)