La esposa de Meng Hongwei, el ex presidente de la organización policial Interpol acusado de corrupción en China después de haber desaparecido en circunstancias extrañas, asegura que sigue viviendo una pesadilla. Según ha declarado, teme por su propia seguridad y acusó al gobierno de Xi Jinping de «persecución».
Las declaraciones que hizo Grace Meng sobre el gobierno chino en una entrevista con la cadena británica BBC no son habituales, pues la campaña anticorrupción dirigida por las autoridades desde hace varios años se desarrolla en general en el mayor secreto. (La Interpol recibe la renuncia de su presidente, detenido en China)
«Creo que se trata de persecución política. No estoy segura de que esté vivo», afirmó en inglés en referencia a su marido en esta entrevista. Esta se realizó en Francia, donde se encuentra la sede de Interpol.
Meng Hongwei, que en teoría sigue siendo viceministro chino de la Seguridad Pública, desapareció a finales de septiembre cuando regresó a China. El 7 de octubre dimitió como presidente de la organización policial, después de que Beijing anunciara que estaba siendo investigado.
Meng es principalmente sospechoso de haber «aceptado sobornos».
«Les digo [a mis hijos] que papá está en un largo viaje de trabajo«, contó Grace Meng a punto de romper en llanto. Durante toda la entrevista su rostro permanece en la sombra.
La mujer asegura que recibió varias llamadas de amenazas que le hacen pensar que es un «objetivo» en Francia.
«Son crueles. Son infames«, afirma Grace Meng en referencia a las autoridades chinas. ( El expresidente de Interpol envió unos enigmáticos emojis a su esposa antes de ser detenido en China)
La Comisión Nacional de Supervisión, que investiga el caso de Meng, puede mantener a sospechosos incomunicados durante seis meses, sin avisar a su familia ni darles acceso a un abogado.
Más de 1,5 millones de altos cargos fueron sancionados en el marco de la campaña anticorrupción lanzada por Xi Jinping desde su llegada al poder a finales de 2012. Sus detractores afirman que también se utilizó para eliminar a opositores internos.