Es un caso espantoso de maltrato infantil. Las cámaras de seguridad de un hotel en Morelia, México, captan el instante en el que José David Bórruel arroja a su hijastra a la piscina y la hunde hasta que muere.
Ha sido sentenciado a 100 años de cárcel.
El hombre varias veces arrastra violentamente al agua a la menor, que no sabe nadar, y en un momento dado la mantiene sumergida durante varios segundos. Los hechos currieron mientras la madre de la pequeña dormía en su habitación.
La niña salió caminando de la piscina, pero muy mareada, después de lo cual murió debido a la cantidad de agua que había ingerido. El crimen ocurrió el 12 de agosto de 2015
La conducta de José David está enmarcada en un sadismo aberrante, donde quien lo practica busca gozar con una experiencia de angustia de quien no se puede defender, aseguran expertos en sicología.
El facineroso, que guardó silencia durante el juicio, se ha limitado a decir que a él también le tratan mal los otros presos en la prisión.
“El sádico con lo que más puede gozar es con situaciones de inermidad de alguien que no tenga cómo defenderse, cómo protestar, cómo oponer resistencia, especialmente que muestre más su perplejidad de decir: ‘bueno y a este qué le pasa’, extrae de la perplejidad, de la angustia, de la confusión ajena, su propio goce”.