La Policía italiana detuvo este 26 de octubre de 2018 a un cuarto integrante del grupo de subsaharianos que violaron en grupo y asesinaron la semana pasada a una chica de dieciséis años, Desiree Mariottini, en un edificio abandonado usado por drogotas.
Se trata de un gambiano y que ha sido localizado por la policía en la ciudad de Foggia, en la región de Apulia (sur), en las proximidades de un centro para inmigrantes, huyendo de Roma al saberse perseguido.
El jueves, los carabineros ya habían atrapado a dos senegaleses de 26 y 43 años sin documentos legales para residir en Italia y después a un tercer miserable, un nigeriano de 46 con permiso de residencia en la capital italiana por motivos humanitarios.
El ministro del Interior, Matteo Salvini, confirmó el arresto de una cuarta persona de la que solo dijo que es «un inmigrante clandestino. ¡Cárcel dura y a casa!».
Catturato a Foggia il quarto VERME che avrebbe STUPRATO e portato alla morte #Desirée.
Si tratta (guarda caso) di un immigrato clandestino.
Per lui, come per gli altri tre, carcere duro e a casa!!!
Ringrazio la Procura e le Forze dell’Ordine per la rapidità e l’efficacia.— Matteo Salvini (@matteosalvinimi) 26 de octubre de 2018
La semana pasada, el cuerpo sin vida de Desirée fue hallado en un edificio ocupado en Via dei Lucani, en el histórico barrio de San Lorenzo de Roma.
Originaria de Cisterna di Latina (a unos 50 kilómetros de la capital italiana), la adolescente estaba destrozada.
La policía reveló que Desirée fue violada por un grupo de facinerosos, de forma persistente, una y otra vez, desde la tarde del jueves 18 de octubre. La drogaron, la dejaron inconsciente y abusaron sexualmente de ella una docena de miserables.
Desirée murió el 19, por lo que su calvario duró más de 10 horas. Falleció asfixiada, cuando los violadores le taparon la boca con una mano para que no gritara.
En las ruinas del edificio, había más gente. De hecho, una llamada anónima reveló que había una niña muerta allí. Pero cuando llegaron los servicios de emergencia, no los dejaron entrar. Los ‘okupas‘ cerraron la puerta con un candado y los médicos debieron esperar a la Policía.
Los investigadores aún tratan de averiguar por qué Desirée ingresó al edificio, conocido como «La casa de la droga«, donde se vende y consume heroína.
Algunos periódicos dicen que estaba tratando de recuperar el teléfono que le habían robado, otros que intentaban recuperar el teléfono que había entregado a cambio de una dosis, y otros que directamente quería comprar drogas.
Lo que sí se sabe es que desde agosto seguía el programa Sert, el servicio ofrecido por el sistema nacional de salud para drogadictos.
La joven de 16 años, consumidora de estupefacientes habitual, se había criado viendo traficar a su padre, el narco Francesco Zuncheddu, detenido en una operación contra las drogas en Cisterna.
El tipo arrestado en 2012 y, desde entonces, apenas si había visto a su hija. Hasta hace un par de meses.
Entonces, tuvo la oportunidad cuando le pidieron auxilio, pero no le dejaron las autoridades. Barbara Mariottini, su expareja, lo llamó para que la ayudara. Le dijo que Desirée, su niña, se había metido en problemas, que estaba consumiendo. Dio igual. No pudo hacer nada.
Cuatro detenidos por el asesinato de una menor en Roma
La Policía italiana detuvo hoy a un cuarto sospechoso de la violación en grupo y el asesinato de una chica de dieciséis años, Desiree Mariottini, en un edificio abandonado de Roma un caso que ha suscitado conmoción en Italia pic.twitter.com/gTKVs7yVht
— Moises Lopez (@chapoisat) 26 de octubre de 2018
Barbara, entonces, pensó que llevando a su hija a un centro de desintoxiación acabarían con su adicción. Pero no lo consiguió. La joven de 16 años siguió enganchada. De hecho, según algunos diarios italianos, habría llegado a ofrecer sexo a cambio de drogas en alguna ocasión.
Este 25 de octubre de 2018, en San Lorenzo, cientos de personas dejaron manifestaciones de solidaridad: velas, pancartas, flores. Además de los residentes, había muchas mujeres que cantaban consignas contra los femicidios y la violencia.
A la hora del almuerzo llegó el ministro del Interior, Matteo Salvini, quien fue desafiado y acusado de querer explotar lo que sucedió para promover un plan de desalojos y sus políticas contra la inmigración.
No lo dejaron entrar al edificio, así que desde la puerta, anunció que va a acelerar el desalojo de lugares ocupados ilegalmente.
«En los próximos meses haremos un plan extraordinario de desalojos».