Reino Unido

La siniestra vida oculta de un detective con expediente «intachable e implacable»

Simon Hurwood ocultó su lado más oscuro, mientras que profesionalmente era galardonado.

La siniestra vida oculta de un detective con expediente "intachable e implacable"
Simon Hurwood

Simon Hurwood tenía un historial pocas veces visto. El Detective Inspector tenía en sus antecedentes la mejor carta de presentación como para que cualquiera supiera que estaba frente a una eminencia de la Policía de Cleveland. (Así es la detective de ‘la Manada’ que espió a la joven violada en San Fermín)

Para todos era, además, un padre de familia ejemplar, sin tachaduras. Compañero y enamorado de su esposa Kim y mentor y gran referencia para su hija, de quien era devoto. Como vecino también era intachable: siempre dispuesto a ayudar pese a que podría haber sido altanero y distante.

Hurwood, de 53 años, recibió premios, reconocimientos, capacitaciones, ascensos en su carrera y un gran pasar económico. Si hasta su flamante Jaguar, aparcado siempre frente a su propiedad, estaba impoluto. Se desempeñaba en el Departamento de Estándares Profesionales, lo que para muchos era un parámetro de su rígida disciplina y de su exigencia. (Bertín Osborne contrató un detective privado porque no le gustaba un pelo el novio de una de sus hijas)

Se unió a la Policía en 1991. Su carrera fue creciendo de a poco, hasta que en 2003 fue promovido a sargento donde era especialista en descubrir crímenes sexuales. En 2005 uno de sus informes sobre un violador fue contundente: «Me sorprende qué puede hacerle un ser humano a otro».

En 2009 fue reconocido por su «fuerza y coraje» en otro caso; dos años después lo distinguirían por sus «excelentes habilidades investigativas, compromiso y tenacidad».

Sin embargo, detrás de esa figura sin imperfecciones, habita un monstruo: Un depredador sexual.

Durante 14 años, Hurwood mantuvo una doble vida. Un ser cercano al personaje creado por Robert Stevenson en su obra de 1886 El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde. Pero aquella ficción hacía referencia a un caso de psiquiatría. Este es mucho más cercano y aterrador.

21 colegas mujeres de Hurwood dieron testimonio ante un tribunal de disciplina. Todas declararon que fueron tratadas como su juguetes sexuales durante años. Mensajes de celular, correos electrónicos… muchas de ellas debieron tener encuentros sexuales a los que no podían negarse.

En esos mensajes, sus víctimas leían cómo el intachable Detective Inspector  les consultaba sobre el color de la ropa interior que llevaban, una obsesión para el padre de familia. También describía palabra por palabra cómo imaginaba que serían sus encuentros sexuales.

«Cuando tengamos sexo será como si fuera a violarte porque así les gusta a las chicas», decía uno de ellos de acuerdo a un relato hecho por una víctima. Finalmente se sintió forzada a hacerlo en su vehículo y hasta en la oficina de su jefe. «No tenía opción», dijo la testigo a las autoridades.

La mayoría de las mujeres estaba aterrada. Muchas se sentían obligadas a responder para no perder sus trabajos. Uno de los encuentros sexuales fue en el impoluto Jaguar de acuerdo a las declaraciones hechas ante un tribunal. Le prometió favores laborales, a cambio. El diario inglés DailyMail descubrió la historia que sacude al Reino Unido.


Una de sus víctimas sufría de depresión post-parto. Otra, estaba embarazada. Todas eran vulnerables y Hurwood lo sabía. Se aprovechó de eso y de que nadie sospecharía de él, el impoluto Detective Inspector.

El mensaje a la mujer que estaba esperando a un hijo, fue siniestro: «Al menos ahora cuando me dejes cogerte no quedarás embarazada».

Otra declaró: «Llegué al punto en el que me pedía que hiciera videos cuando llegara a casa y mostrara las imágenes cuando estaba desnudándome, con diferentes tipos de posiciones en las que él querría que estuviera».

La caída del ejemplar policía y padre de familia comenzó a producirse en enero pasado, cuando un colega comenzó a investigar el caso. Fue suspendido y arrestado. Sin embargo, la falta de pruebas en su contra determinó que el caso no pudiera avanzar más bajo una causa penal.

Pese a las evidencias explícitas, Hurwood negó todo. Dijo que tenía problemas mentales y que sus mensajes podrían haber sido interpretados de manera errónea. Dijo que nunca incurrió en actos de mala conducta.

Acorralado y sin muchas salidas dentro del mundo policial, Hurwood decidió renunciar el pasado 26 de septiembre. Esta semana fue encontrado culpable en 15 de los 21 casos presentados en su contra. En los otros seis no se reunió la suficiente evidencia. Nunca más volverá a ser policía.

«Simon Hurwood se embarcó en una búsqueda de mujeres sin trabas en la oficina. Su conducta estaba fuera de control. Consideró que su papel y sus contactos en la fuerza lo protegerían de las consecuencias de sus acciones«, dijo Simon Mallett, director del tribunal de disciplina de la institución.

Ahora, también se abrió una investigación sobre aquellos que debieron controlar al depredador y que pudieron haberlo protegido en su doble vida. Es que incluso, cuando las pericias comenzaron, las víctimas fueron llamadas a declarar bajo confidencialidad «para preservar la integridad de la investigación».

Hurwood ya no podrá mostrarse como un excelente policía, como un intachable padre de familia. Ya no será el Detective Inspector con letras mayúsculas con que ocultaba lo que en verdad era: un minúsculo hombre.

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