Casi 2.000 años después de su muerte, investigadores israelíes encontraron una nueva y única evidencia de su paso por el mundo: un anillo de bronce que le habría pertenecido.
La pieza había sido descubierta junto a otras miles en 1968, durante una excavación en Herodión, la fortaleza construida por el rey Herodes el Grande entre los años 23 y 20 a. C., en lo que hoy es Cisjordania. Sin embargo, durante todo este tiempo se desconoció su origen. («Qué paradoja, Mariano, las siglas de nuestro partido coinciden con las de Poncio Pilatos»)
Recientemente, un equipo liderado por el Dr. Roee Porath, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, realizó un tratamiento de limpieza sobre el anillo que permitió descifrar la inscripción que tiene gravada: «Pilatos», en griego, según informa Haaretz. Por sus características, los investigadores no tienen dudas de que se refiere al prefecto.
La forma sugiere que era un anillo que se usaba para sellar documentos y que era utilizado de forma cotidiana. Era directamente empleado por el propio Poncio Pilato, o por subordinados que lo usaban en su nombre.
Una parte de Herodión se convirtió en un gran lugar de entierro tras la muerte de Herodes, pero otra ala continuó siendo utilizada. Se cree que Pilato desempeñaba allí sus funciones de gobierno.