Michael Carroll tenía un presentimiento. Quería saber la verdad sobre qué había ocurrido con su padre, de quien se dijo que había abandonado aquella vieja casa construida en 1925 en Lake Grove, Long Island, para jamás regresar («Devorado por cocodrilos»: La mentira que ocultó un horrible crimen durante 18 años).
Ni una carta, ni un llamado, ni una huella de aquel hombre que había desaparecido cuando apenas tenía 8 meses de vida. George Caroll, así se llamaba, se había vuelto un fantasma para él y sus tres hermanos por décadas (La cruel historia real que había detrás de ‘La casa de la pradera’: Violaciones, crimen y mentiras).
Esa casa fue la misma en la que vivió desde su infancia. Pero ese misterio que cumplía 57 años estaba bajo un cerrojo irrompible. Eran pocas las explicaciones que recibió durante toda su vida. Pero no estaba dispuesto a darse por vencido (Stela emigró a Londres huyendo del crimen chavista y murió apuñalada por un chef pervertido que violó su cadáver).
Durante todos los años que vivió allí, Carroll percibía que esa vivienda escondía secretos oscuros, inconfesables. Lo mismo podían decir sus hermanos. Pero no tenían forma de saber qué era aquel sentimiento (La historia del caníbal japonés convertido en celebridad : ”La carne se deshacía en mi boca como sushi»).
Su madre Dorothy, quien murió en 1998, nunca les contó demasiados detalles sobre la desaparición de George, un veterano de la Guerra de Corea. Sólo que un día había cruzado la puerta de la casa y jamás regresado (Pillan a la espeluznante abuela canibal merendándose a una vecina).
Otros les decían que había retornado a Corea del Sur. Y alguno fue más allá: estaba enterrado en el sótano de su casa.
Pero cuanto más se quería saber la verdad, más se repetía una orden marcial:
«No preguntes».
Entonces, las dudas crecían a la par del misterio… a la par del silencio.
Los cuatro hermanos ensayaron todo tipo de maniobras para persuadir a su madre, pero nunca lo consiguieron. La desaparición de su padre los obsesionó siempre. Su «abandono» fue algo que los marcó demasiado. Incluso visitaron psíquicos y personas dedicadas a la actividad paranormal para llegar a una conclusión.
Y fue uno de ellos quien les señaló dónde percibía una «energía» diferente en su casa, la que Michael había comprado para sí antes de que su madre muriera. «La energía está aquí», dijo el hombre señalando un lugar en el sótano, cuando ya rendidos recordaron aquella siniestra historia respecto de aquel lugar de su casa.
El 30 de octubre, justo en Halloween, realizaron una excavación y descubrieron un esqueleto. Estaba intacto y completo. La confirmación de las sospechas llegaron esta semana. Las autoridades del Condado de Suffolk confirmaron que se trataba de los restos de George Carroll.
«Pudimos determinar que la causa de la muerte incluyó impactos bruscos en la cabeza con fracturas del cráneo y lesiones cerebrales, aunque puede haber otras lesiones que ya no son detectables», dijo el Médico Examinador del condado, Michael Caplan en declaraciones al diario News Day.
Había sido un asesinato. Pero, ¿quién había sido el autor?
Uno de los hermanos de Michael, Steven, dijo que estaba impactado por la novedad.
«Esto ha sido un largo viaje… pero aún así es duro escuchar esto», dijo respecto a cómo murió su padre. Tenía 5 años cuando el «hombre de la casa» desapareció.
Sus otras hermanas, Patricia y Jean (de 9 y 7 años, respectivamente) acompañaban a su madre y a los pequeños en el dolor.
«Estoy feliz de saber que ese es mi papá. Esto es una cosa profundamente emocional y todo el mundo está luchando con esto de manera diferente. Esto ha quebrado a mi familia».
«Hay tantos finales abiertos aquí. Hay una historia detrás de la historia detrás de la historia».
Pero la verdad sobre lo que ocurrió o quién lo asesinó es muy difícil de conocer. Quien pudiera haber conocido todo murió a principios de este año. Su nombre: Richard Darress, el segundo marido de Dorothy, de quien se separó a principios de los 80.
Con Darress se casó tiempo después de la desaparición de George. Tuvieron un hijo. Era un conductor de camiones de larga distancia y luego de su divorcio se mudó a Nuevo Laredo, México, cerca de la frontera con Texas.
¿Se llevó a la tumba el secreto de quién había terminado con la vida de Correll? ¿O nunca supo nada al respecto?
«Estoy feliz de que finalmente mi padre está libre de ese agujero de mierda», dijo Michael. Allí había sido ocultado durante 57 años
. Ahora, los hijos preparan un funeral apropiado. Será enterrado en el Calverton National Cemetery.