Un abuelo acude con su nieto hasta el quiosco. Compra algunas golosinas para el niño y, para él, la edición dominical de El Nacional. La imagen, tan común en las familias venezolanas en los años previos a la llegada de Hugo Chávez al poder, ahora sólo queda en la memoria. Tras 75 años de historia, uno de los últimos diarios independientes de Venezuela ha anunciado el cese de la venta de su versión impresa. (Maduro ahoga a «El Nacional», adiós al último periódico independiente en Venezuela)
Miguel Henrique Otero, presidente editor de El Nacional, ha asegurado a Periodista Digital que «consideramos que es un duro golpe para la libertad de expresión en Venezuela«. La decisión no ha sido fácil de tomar, ha requerido «15 años de presión de la dictadura», que han incluído: la agresión física de los llamados ‘colectivos’ (grupos de civiles armados), de la utilización de los tribunales, la amenaza permanente, la vía tributaria y la restricción publicitaria, así como las campañas de desprestigio y la difamación desde los medios oficiales. (Miguel Henrique Otero: “La postura de Sánchez evidencia la influencia de ZP y Podemos”)
Sin embargo, la estocada final la ha dado el difícil acceso al papel. «Hemos logrado durar más que el resto de diarios por la solidaridad de otros periódicos latinoamericanos, como por ejemplo el Mercurio de Chile, para que siguiéramos imprimiendo. Pero al final no pudimos resistir».
El presidente editor de El Nacional asegura que la estrategia a seguir está ya definida: «Nos vamos a volcar en la versión digital del diario. La web con el mayor tráfico de Venezuela y una de las primeras de toda América Latina«. En este sentido, prevé que «a pesar de que es un duro golpe para la libertad de expresión, también es una oportunidad para profundizar en el sector de la prensa digital, que es hacia donde van los principales diarios del mundo».
A pesar de que aún es pronto para determinar el impacto que tendrá la reforma sobre la plantilla del diario, Miguel Henrique Otero asegura que «siempre nos hemos debido a nuestros trabajadores, así que siempre tomaremos las decisiones que generen el menor impacto en la plantilla». No en vano es optimista sobre el próximo regreso del papel a la redacción de El Nacional. «Es una pausa momentánea de la impresión. En cuanto salga la dictadura que hay en Venezuela, que ya le queda poco, volveremos a sacar en papel un diario que es ícono de la prensa venezolana».