Ahmed Burhan Yahya Syala (51) fue detenido en Melgar, Colombia. Se trata de un yihadista que tenía el objetivo de coordinar y planificar un ataque en América Latina en los próximos días. El hombre utilizó una fachada de empresario y mantenía fluidos contactos con miembros del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés).
La detención generó un alerta en América del Sur, por la posibilidad de que ocurra un atentado terrorista en la región.(Arrestaron a tres miembros del ISIS acusados por decapitar a las dos turistas en Marruecos)
Syala fue identificado y detenido por fuerzas de la Dirección Nacional de Inteligencia (DNI) quien en coordinación con una agencia extranjera pudo establecer que en verdad se trataba de un yihadista con el objetivo de coordinar y planificar un ataque en América Latina en los próximos días.
Seguido de cerca desde su llegada hace aproximadamente un año, entre los contactos del iraquí figuraban extremistas de ISIS y Al Qaeda.
Ahmed Burhan Yahya Syala había sido detenido dos veces. La primera de ellas -en 2004- por actividades terroristas en Mosul, su país natal. La segunda, cinco años después, por su vinculación con miembros de Al Qaeda.
«Tenemos establecido que Syala estaba trabajando en coordinación con otros elementos fundamentalistas para realizar un atentado en un país grande de Sudamérica«, señalaron funcionarios que siguen de cerca la investigación.
Aunque no trascendió la fecha exacta en que planificaban el ataque, se cree que el mismo podría querer ejecutarse entre Navidad y Año Nuevo, día que asume Jair Bolsonaro en Brasil su presidencia.(Los miserables del ISIS se jactan en un vídeo de la decapitación de las turistas nórdicas en Marruecos: «Aquí sus cabezas, enemigos de Alá»)
Todas las agencias de inteligencia de la región están trabajando de forma conjunta y emitieron un alerta máxima a sus divisiones de contraterrorismo. Si bien no está en la idea de los gobiernos hacer pública ni oficial la amenaza para no aumentar la preocupación entre sus ciudadanos, creen que lo mejor sería evitar tradicionales lugares públicos para los festejos en las grandes ciudades.
El extremista islámico tenía como misión el reconocimiento del terreno, la obtención de documentación falsa colombiana para otros miembros de ISIS y puntos «porosos» de la frontera desde los cuales pudieran ingresar otros yihadistas.
Hacía tiempo que desde el extranjero Syala había iniciado su «desembarco» en Colombia. Comenzó sus vínculos con mujeres hace más de un año. Trataba de conquistarla prometiendo una vida de despreocupaciones económicas.
A través de Facebook estableció contacto con ellas. Estudió más de 4 mil perfiles de aquella red social hasta que finalmente halló la que creía perfecta. Buscaba la ideal para poder establecerse en el país latinoamericano sin despertar sospechas.
Les decía que su objetivo era salir de una zona de conflictos permanentes en busca de paz. Su plan, les mentía, consistía en abrir un local de comidas árabes y un punto de venta de autos de lujo.
Finalmente logró una conquista a quien le propuso matrimonio. Es una reconocida profesional de Tolima, miembro de una familia acomodada. Su nombre: Elisa Sofía Martínez, quien no tenía idea sobre la doble vida de su prometido. Nadie sospecharía, pensó el terrorista, que detrás de ese escudo podría ocultarse un miembro de ISIS. Sin embargo, Syala era seguido desde Malasia, lugar desde el cual arribó a Colombia hace un año.
Los movimientos migratorios del iraquí en los últimos tiempos eran variados. Su pasaporte había sido sellado en las fronteras de Siria, Emiratos Árabes, Malasia, Irán, China, Sudán y Turquía, de acuerdo a información del diario El Tiempo. Bajo la apariencia de un empresario en verdad se ocultaba un fundamentalista.(Marruecos acusa a una banda terrorista islámica de asesinar a las dos turistas escandinavas)
De acuerdo a esa publicación, el Grupo de Articulación Operacional de la Policía Judicial de Migración Colombiana está tras una red de notarios que le facilitarían documentación para conseguir sus identidades locales a sirios, iraquíes, turcos e iraníes.
Durante un tiempo, los servicios de inteligencia colombianos siguieron a Syala hasta establecer su rutina y tener claro que se trataba de una amenaza terrorista. En el allanamiento que terminó con su detención se le secuestraron documentos, teléfonos celulares y un ordenador. En todos ellos tenía contactos con extremistas islámicos de diferentes países.
Syala fue expulsado de Colombia y trasladado a Bagdad, Irak. El viaje fue largo y estuvo acompañado por miembros de Migración Colombia. En la escala previa a llegar a la capital iraquí, en Estambul, Turquía, el terrorista pidió hacer tres llamadas: dos para contactar a familiares; la restante, para hablar con su «enlace» con el Estado Islámico.